7.

37 4 0
                                        

Nunca antes estuve más feliz de alejarme de mi hogar que ahora. He viajado sí, ya saben salir con tu mejor amiga de viaje con su familia cuenta, pero siempre en la mente con la constante advertencia de que iba a volver, pero ya no más. Danny no lo sabía pero yo iba con la idea de quedarme y no volver atrás. Ser mayor de edad significaba para mi libertad y en todo caso estoy casi segura de que mi padre no espera que vuelva pronto… o en todo caso nunca.

Mi cumpleaños número dieciocho sería festejado fuera del continente, Londres era nuestro destino final. La idea me emocionaba demasiado, estaba completamente extasiada, el frío y los buenos modales eran algo que enserio necesitaba. El viaje en avión fue un total y completo asco, para mí. Mark fue obligado por sus padres a ir en primera clase, nos ofreció lo mismo pero ambas dimitimos. Como yo tuve la hermosa idea de ahorrar para mi pasaje ya que estaba lo suficientemente molesta por tener que ser mantenida por Mark cuando llegáramos Danny tuvo un asiento algo alejado de mí. 

Mi asiento era un asco también, estaba en el medio, al lado de un chico que temblaba constantemente y que me asustaba un poco ya que su cara estaba cubierta por una gorra que le quedaba un poco grande, su rostro no se distinguía y constantemente daba pequeños brincos y jadeos como si tuviera una pesadilla, lo cual era…. raro. Sentía claramente que el despedía frio, como si estuviera muerto.

A mi lado derecho una señora dormida se situaba, estaba apretada, molesta y triste ahí en medio mientras Danny contaba con su propia ventana y sus compañeros de asiento eran completamente normales. De Mark no podía decir absolutamente nada, para este momento lo más normal hubiera sido que le estuvieran dando un masaje de pies mientras comía caviar con vino blanco y escuchaba música de ópera. 
Lo más probable es que estuviera exagerando demasiado pero no me importa, yo soy la que se la pasa del demonio por ahora.
El chico que estaba a mi izquierda comenzó a moverse un poco más rápido que antes y ahí fue cuando me cansé de esto. Lo tomé por el hombro y comencé a moverlo para que despertara de su horrenda pesadilla, llevaba una chamarra azul pero al tocarlo podía sentir el frio de su cuerpo, traspasaba por la tela.

Muy bien, eso era raro.
Lo sacudí un poco más y abrió los ojos de golpe, no sé si me había vuelto paranoica pero pude ver por un instante unos ojos color café luego el parpadeó y su iris se volvió completamente azul de repente. Como si se estuviera burlando de mi cordura.

Danger  -Louis TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora