Danger -Louis Tomlinson

31.

Mi cama rebotaba y comenzaba a escuchar ruidos emocionados en mi dirección.
“Despierta despierta” Era Danny y lo sabía. Danny sabía cómo me ponía mal que me despertaran de imprevisto, era una de las peores sensaciones que alguien podía darte por la mañana.
Una mañana que comenzaba desastrosa. Abrí mis ojos y ahí estaba ella, estaba sonriente lo cual era algo un poco sorprendente dados los sucesos que nos acompañaban con nuestra llegada a este nuevo país. 
-Danny, creo con toda razón que es pecado despertar a la gente así a tan tempranas horas de la mañana.- me sentía de mal humor, irradiaba mal humor y no me importaba, no es como si esta fuese mi semana asombrosa o algo. Era tan asquerosa como las demás.
-No es pecado si te levanto por un cumpleaños.
-¿Cumpleaños de quien?- joder, no tenía un regalo.
-¿Estas bromeando cierto?- me estudió con la mirada para verificar si mentía o no.- Oh por dios no estás bromeando. Es tu cumpleaños idiota.
Ahora yo la estudié con la mirada para ver si mentía y demonios, no lo hacía.
-Aún no es mi cumpleaños.- dije más para convencerme a mí de que no lo era. Busqué mi celular en mi mochila, al encontrarlo me di cuenta de que era verdad. Era mi cumpleaños y lo único que pude pensar era que no tenía familia para festejarlo más.
-Felicidades.- escuché decir a Danny, tenía un disco con un pequeño moño rosa adornándolo y me lo acercó para que lo tomara, después de todo si tendré familia al parecer.
Eso fue solo la mañana. Para la tarde hubo pastel lo cual no me molestaba en absoluto ya que puedo comer bastante pastel y nadie me dirá nada porque es mi cumpleaños y mi pastel.
Hubo un arreglo para salir en la noche a “festejar”. Yo no festejo, bueno, si por mi fuese me quedaría a dormir todo el día o a ver una película sin pensar en el resto del mundo por un rato, sonaba maravilloso para mí pero Danny al parecer tenía una idea mucho muy diferente de la mía.
-Saldremos a bailar en grupo.- ni siquiera pregunto si quería bailar, solo lo dijo como si fuese lo más obvio del mundo y obviamente no dije nada ya que no quería hacerla enojar después de que ella me había soportado todo este tiempo.
Si ella quería bailar, entonces bailaríamos. Aunque mi cama se viera tan cómoda y acogedora cuando me estaba arreglando el cabello.
-Oh dios, estoy tan emocionada. Estarás tan linda para cuando termine.- y se veía emocionada, se veía más emocionada que yo.
Aunque técnicamente un caracol se veía más emocionado que yo en este momento. Para cuando terminó conmigo y me dio un vestido que fue regalo de Mark – comprado por ella obviamente- me sentía bien, incluso un poco emocionada. Me sentía linda.
Nos encontramos con todos en la salida de la discoteca, al parecer no habría problema con entrar ya que Stella –por muy impresionante que parezca- conocía a los dueños y haría una excepción a unos cuantos menores de edad por una noche, eso era aún más emocionante.
¿Les digo que más era emocionante? Que Louis no estuviera, era bastante impresionante también y un asco… obviamente. 
Después de muchos besos y abrazos de cumpleaños comenzaron a entrar.
-Siempre supe que había una chica dentro de ti Cameron.- escuché que Robert decía, lucía muy saludable y feliz y seguía bromeando sobre la chica encerrada que había dentro de mi desde que me había visto en este vestido rojo.
-Yo aún me sigo cuestionando si hay un chico dentro de ti o no. Llegas a ser bastante confuso, ¿sabes?- rió por mi broma y me vio evaluándome una vez más de pies a cabeza como si no notara que yo notaba lo que estaba haciendo.
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