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Me metí entre ellos para que dejaran de verse a los ojos tan feo como lo hacían.
-Es mi nuevo amigo Charlie.- dije sonriendo hacia Louis, vi a los ojos a Charlie y sonreí por igual.- El solo estaba deseándome un feliz cumpleaños.
Me sorprendí a mi misma hablando como niña pequeña, como si estuviese pidiendo perdón al mismo tiempo en que presentaba a Charlie.
-Apuesto a que te lo desea con mucha emoción Cameron.- su mirada era algo de otro planeta, sus ojos azules me hacían sentir frio y hacerme sentir mal conmigo misma por lo que estaba haciendo, me hacía sentir todo esto sin dejar de ser atrayentes. Él miro de nuevo hacia Charlie, aún enojado.-¿Cuántos tragos lleva?
Charlie dudó en contestar o no por un momento.
-Máximo siete.- clavó la mirada en el piso mientras yo lo miraba completamente asombrada. ¿No debería estar muerta ya por el alcohol? ¡Mierda!, soy buena.
-Eso es asombroso.- dije para hacer sentir mejor a Charlie, no era su culpa, yo era la que bebía mucho y aún me sentía muy bien. Vi a Charlie sonreír y a Louis voltear los ojos completamente exasperado.
Me atrapó por la cintura con el brazo y me acercó hacia él como si fuese una de las cosas que hace todos los días de su vida.
-Nos vamos.- no fue una petición, fue un simple anuncio y a mí me molestaba bastante.
-Yo no quiero irme.- se lo dije en su cara y separándome de él. Probablemente solo causaba más problemas pero no me gustaba el tono con el que hablaba, el no me mandaba.
-Pues de igual forma nos vamos.- sus ojos azules lo dejaron muy en claro, sentía que si seguía discutiendo con él lo único que haría sería alargar un poco lo inevitable. Pero poco me importaba, era mi cumpleaños joder.
-Que te vaya bien.- me crucé de brazos tambaleándome un poco en el proceso y lo vi a los ojos lo más enojada y decidida que pude.
No funcionó en absoluto.
Lo vi agacharse y a la cabeza me vino la idea de que solo quería hacer tiempo para amarrar sus zapatos para llamar a alguien que lo ayudara.
Estaba muy equivocada.
Lo próximo que supe era que estaba cargándome como si fuese un costal de papas con poco peso.
-¡Oh por dios bájame!- lo escuché reír y eso me hizo molestarme aún más. Patalee, grite y rogué por ayuda pero nadie se acercaba, lo único que hacían era moverse de lugar para darnos pase.
Lo golpee muchas veces con mis manos en la espalda para que me soltara incluso llegué a golpearlo en la pierna en una de mis patadas improvisadas pero nada funcionó, terminó por sacarme del lugar. Ya fuera me bajó, afuera estaban todos mis amigos esperando lo cual no me esperaba, de hecho ni siquiera me acordaba de ellos en este momento.
-¡Joder Cameron! ¡Quemaste mi chaqueta!- lo vi quitársela y al voltearla vi las marcas de mis manos en ella, donde mis manos habían estado la tela se había quemado por completo. Pensé en disculparme ya que ni siquiera había intentado hacerle ese tipo de daño pero el aire fuerte que corría me hacía sentir borracha y mareada de verdad.
-No es mi culpa que quieras hacerla de héroe y aparecer de repente cuando no te necesito. Así que llora por tu chaqueta todo lo que quieras.- me di la vuelta y comencé a caminar hasta Robert, me tambaleaba un poco y estaba de mal humor de repente, era un asco.
-¿Todo bien Cameron con vestido?- Robert lucía muy serio al preguntar así que solo me reí para evitar todo eso.
-Todo está perfecto.- hice un gesto despectivo con la mano sin notar que sin intentarlo una pequeña bola de fuego salió de ella y se estrello al piso.-Mierda, tengo que dejar de hacer eso.

Danger  -Louis TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora