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Esperar por el equipaje en el aeropuerto es una de las cosas más aburridas del mundo, después de esperar en el aeropuerto. 

-Siento que voy a echar raíces ahora mismo, aquí.- Dije señalando hacia el piso para dar énfasis a mi dramatismo.

-Si sigues exagerando el tiempo será más largo en tu cabeza, respira un poco Cam.-Danny dijo apenas viéndome, mirando a todos lados excepto a la banda de maletas en movimiento que teníamos enfrente, estaba buscando a Mark.

Nos encontrábamos fuera del aeropuerto, sentadas en nuestras maletas esperando que un auto escolar que al parecer había recogido a Mark primero nos recogiera a nosotras.

-Creo que nos dejaron. Enserio Danny, no es por ser pesimista ni por desconfiar en tu príncipe azul Mark pero enserio, yo no me trago eso de auto escolar que viene a recogernos, es demasiado bueno.- Danny puso los ojos en blanco.

-Pesimista te queda corto en estos momentos, créeme.- Como si los dioses escucharan el optimismo de mi mejor amiga una limosina negra se detuvo frente a nosotras. Brillaba y nos llamaba con deseos de ser llenada por nuestra presencia. Nos pedía a gritos que entráramos en ella.

El vidrio bajó poco a poco, haciéndonos sentir todo en cámara lenta con él. Un alegre Mark nos recibió y no pude sentirme más feliz nunca antes de verlo. El bajó y con él un hombre que vestía un costoso traje llevaba una sonrisa que adornaba su rostro haciéndolo ver un poco más joven de lo que probablemente era y caminaba recto como si hubiera sido un soldado en sus tiempos de juventud.

-Buenas tardes señoritas, espero y no las hayamos hecho esperar demasiado.- Su hablar era galante y delicado, de esos hombres de antes y muy vívidos que ya no existen ahora.

-Por supuesto que no.- Dije con un humor muy alegre de repente levantándome como si no me doliera y dejando al chofer subir nuestras maletas como si fuésemos gente rica.

-Perfecto, entremos todos.- dijo señalando la entrada del auto- También tú Louis, también tú tienes un puesto en nuestra casa.

Voltee mi mirada hacia donde su voz era dirigida y me encontré con mi compañero helado de puesto, el chico castaño que sentía que estaba muerto por su temperatura corporal, aparentemente, Louis.

Danger  -Louis TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora