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Por un momento ninguna de las dos dijo una palabra, yo estaba demasiado asustada como para decir algo coherente.

-Solo un consejo.- Escuché que dijo.- Cuídate de quien no te cuide.- La miré a los ojos sin poder comprender por completo todo lo que decía.
Al pasar los minutos comenzó a llegar mucha gente.

Usualmente me pongo un poco ansiosa al estar en un lugar con muchas personas pero aquí era muy diferente. Conocí a personas de los tres géneros especiales que había, por cierto, descubrí que nadie usa los términos psiquis, tactilurnos o telequinectics desde hace años, que era una total pérdida de tiempo. Todos dijeron que no había sentido ya que todos éramos del mismo bando.

Conocí a una chica que podía derretir cualquier objeto con la mente, también conocí a un chico que podía transportarse a otros lugares con tan solo imaginarlos en su mente. El nombre de ella era Sara y el nombre de él era Robert. Ambos me distrajeron por un rato y me hicieron olvidar por un momento todo lo que Stella me había dicho. 

-¿Cómo fue cuando se dieron cuenta de lo que podían hacer?- Preguntó Louis que había llegado unos minutos antes y me hizo sentir un poco incomoda por un momento.-Yo congelé mi cuarto por completo en mi casa, mi madre fue la que notó el cambio, la casa estaba demasiado helada para ser verano.-Reí mientras todos reían.

-Yo aparecí en París tras ver una comedia romántica.- Dijo Robert.

-Yo derretí todos los muebles de mi nuevo apartamento, lo único que podía pensar era “Mi padre va a matarme”.- Reí por ambos buscando una salida para no tener que hablar. Stella nos ignoraba astutamente mientras leía un libro pequeño pero la noté viéndome de reojo cuando era mi turno de hablar. Me vio estando ansiosa y sonrió de lado, ¡Ella sabía!

-¿Y tu Cameron?- Preguntó Robert sonriendo.- ¿Alguna anécdota graciosa?

-Eh…-alcance a decir para ganar unos cuantos segundos.-¡Cortinas!- Dije casi gritando, ellos me vieron raro.- Quemé algunas cortinas cuando me di cuenta de que sucedía.- Mentí. Se sentía mal.- Y luego una lámpara practicando, esa lámpara nunca volverá a ser la misma.

Traté de remediar un poco las cosas, ellos rieron y me hicieron sentir mejor. Pero, ¿Qué pude haber dicho? ¿Le causé quemaduras de posible tercer grado a mi padre cuando intentaba golpearme? Eso ni siquiera era una opción frente a ellos o frente a nadie. Se escucharon unos ruidos en el estrado, había una especie de templete y un micrófono con sillas y cosas así. 

Todo el sonido interrumpió mi dilema interno y me hizo concentrarme en lo verdaderamente importante. Gabriel subió acompañado de una mujer y un hombre totalmente desconocidos para mí. Gabriel habló primero.

-Buenas noches, primero que nada gracias por venir. Es un placer para nosotros ver rostros nuevos y viejos todo el tiempo. La dinámica de hoy será simple y sencilla. Pasarán al frente los nuevos miembros y hablarán un poco sobre ellos para introducirlos al listado.

-¿Qué?- Pregunté a la nada desesperada, me di cuenta de que no solo yo estaba asustada, Louis también lucía asustado e incomodo.

Nos hicieron levantar a cada uno de los nuevos y bajar hasta donde estaba el micrófono. Me tardé lo más que pude y terminé siendo la penúltima en la fila, Louis me había dado su lugar y lo tomé con un poco de pena.
Se presentaron uno a uno y en cierto punto cada uno que pasaba mostraba su habilidad y el público aplaudía. Una chica delgada que estaba frente a mi pasó. Lucía algo molesta.

-Mi nombre es Rose y puedo leer sus mentes así que dejen de sentirse mal por las habilidades de los demás, hace que me duela la cabeza.-Todos aplaudieron y de repente fue mi turno. Tuve que caminar cinco escalones y un tramo para llegar al micrófono. Miré a todo el público y se me revolvió el estomago.

Tuve que mover mi mirada a otra parte. Busqué algún rostro conocido pero estaban demasiado lejos. Miré a Dante y me dio una pequeña sonrisa de apoyo.

-Mi nombre es Cameron.- Dije fijando mi vista en los asientos más altos.- Tengo 17 años y bueno mi padre quería un chico.-El público rió y me sentí más cómoda. -Puedo crear fuego a través de mis manos.- Escuché algunas exclamaciones de sorpresa.- No es la gran cosa en realidad.- Bajé mis vista al piso algo incomoda.

Levanté un puño cerrado y lo puse frente a mí para mirar a todos. Abrí mi palma y mostré una rueda de fuego. Esto se estaba volviendo cada vez más sencillo. Escuché aplausos y gritos emocionados así que cerré mi mano. [Multimedia]

Danger  -Louis TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora