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Me miré en el espejo. Comprendí que no era especialmente bonita, ni especialmente fea. Estaba en un punto intermedio donde nadie me notaría a menos que fuera muy gritona o una chica fácil para llamar la atención.

Quería ser diferente, quería ser otra persona si eso era posible. Levanté mi cabello del lado izquierdo de mi cara para alcanzar a ver todos los moretones que tenía esta vez en la cabeza.

Me sentía impotente y estúpida, odiaba no poder hacer algo en mi defensa a este punto pero enserio, ¿Qué podría hacer realmente? ¿Golpear a mi padre? ¿Huir? Sí, claro. Eso suena tan probable como pensar que en este mismo instante me crecerían alas para escapar.

Quería llorar pero el baño escolar no era un buen lugar para hacerlo, me apliqué un poco de maquillaje de Danny en los moretones, no funcionó demasiado pero podría sobrevivir un poco.

Una corriente de aire atravesó el baño. Rápidamente voltee hacia la derecha para cerciorarme de que eran solo imaginaciones mías. No había nada, comencé a asustarme demasiado y en lugar de salir corriendo de ahí comencé a buscar alguna persona o ventana abierta que me hubiese hecho delirar. El tipo psicótica no iba conmigo. Al darme cuenta de que no había nada decidí dejarlo por la paz y salir de ahí lo más pronto posible, probablemente el sueño era lo que me faltaba.

Las horas de escuela habían terminado por hoy y yo ya estaba afuera de esa cárcel de basura esperando a mi amiga para largarnos de una vez. Lucía demasiado feliz cuando se acercó a mí por la reja.

-No entiendo tu felicidad.-Le solté completamente enojada.- ¿Sabes todo lo que me paso hoy? ¡Sé que no!- Grité contestando mi pregunta- Parece que todo el universo se puso en mi contra hoy….

-¡Pero Cam!-Escuché decir pero estaba demasiado furiosa con el mundo como para hacer caso.

- El tipo que nos da Sociales se puso en mi contra por completo y me dejo en vergüenza frente a todos, después la idiota de Sofía llega y derrama “por accidente” su soda ¡en mis zapatos!- solté de repente haciendo comillas con mis manos mientras seguía gritando.

Miré a mis zapatos mientras me calmaba un poco, gritarle a la gente me ponía triste. Manchas de soda adornaban mis nuevos converse. Un asco.

-¿Puedes callarte?- me dijo con toda la calma del mundo.- Se cómo salirnos de esta. -Hasta ese momento ella no podía decir algo para hacerme enojar más que eso.

-¡Ejem!- escuche decir a mi lado. Voltee a verlo y en cuanto lo vi volví mi vista hacia mi amiga Danny con la cara roja por la vergüenza.

-¿Qué hace el aquí?- pregunte a Danny.

-¡El va a ayudarnos a escapar de aquí!- soltó defendiéndose con demasiados ánimos, sabiendo cómo era Danny, poco de esto saldrá bien.

Danger  -Louis TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora