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Toda la escena se estaba tornando demasiado comprometedora así que me dispuse a salir de ahí. La mañana era fresca y me ayudaba a dispersar pensamientos extraños sobre Louis, ¡Él me iba a besar! Se acercó a mí pero yo me levanté antes de que hiciera algo, estaba en pánico.

Fue horriblemente extraño pero en el fondo bastante lindo en verdad.
Pasé toda la mañana y parte de la tarde con Danny y por ende tuve que contarle todo para que no me asesinara con sus propias manos.

-Fue bastante lindo y psicópata en realidad.- Me dijo, procesando información- Lo del hielo le da el toque y esos ojos azules son impresionantes si lo piensas un poco.- En cuando dijo eso recordé cuando lo conocí en el avión, sus ojos fueron marrones por un momento y en cuanto parpadeo se hicieron azules. Fue bastante escalofriante en su momento.

Para cuando la noche llegó Danny me dejó sola de nuevo para ir con su adorado Mark con el que estaba oficialmente saliendo ahora. Continuar con su romance aquí solo provoca que me dejen sola y comenzar a conocer gente extraña como Louis o Stella la chica que predice el futuro.

Di una vuelta por los alrededores para ubicarme poco a poco y no perderme en un futuro con el único propósito de perder el tiempo antes de irme a dormir y para no cruzarme con alguien indeseado. Caminé por detrás del edificio de dormitorios de chicas y entonces supe que estaba en problemas… de nuevo.

Había dos grandes chicos, eran familiarmente conocidos. Vestían negro y platicaban animadamente entre ellos. En cuanto comencé a retroceder para no tener que toparme con ellos alguien me paró el paso por detrás.
En cuanto vi su cara supe que no estaba de mi lado, sus brazos y la parte izquierda de su rostro tenían serias quemaduras que jamás lo dejarían ser el mismo. Yo había provocado eso.

Quería moverme, correr, gritar, alejarme de él lo más pronto posible pero no podía hacer nada, solo podía ver la cosa horrible que había hecho. Entiendo que él también tuvo parte de la culpa de todas las cosas que habían sucedido pero ahora todo se veía tan poco a lo tanto que yo había hecho hacia él.

-¡Eso es!- Me gritó moviéndome por los hombros de un lado a otro.- ¡Mira todo lo que me has hecho maldito demonio malnacido!- Lo vi levantar la mano para golpearme y cerré los ojos mientras él me dejaba inconsciente. 
Recuperé el conocimiento acostada en el pasto con mi blusa un poco rota y la cabeza punzándome con los tres tipos alrededor de mí. Dos llevaban navajas grandes y uno llevaba pistola. La pistola apuntaba mi cabeza. Ahora si estaba jodida.

-No quiero matar a una chiquilla Remus, hasta yo tengo mis limites.- El tipo con la pistola frente a mi era quien hablaba.

-¡Ya te lo dije! Ella quemó a Marco a Rony a Jon a mí, joder. ¡Es un maldito demonio! Si no la matas tú, yo la cortaré por la mitad con mi navaja.- El hombre quemado, Remus gritaba y maldijo a los cuatro vientos después de decir eso, yo apenas y podía moverme, estaba mareada y me sentía una mierda.

Remus me tomó por el cuello de mi sudadera y me alzó hasta su cabeza. Era como si volara pero dolía demasiado. Acercó su navaja hasta mi garganta, se veía completamente decidido.
Levanté mis dos brazos a la vez creando conforme lo hacían dos líneas de fuego que colgaban de mis manos, como si fuesen dos látigos enormes de fuego. No tenía la menor idea de cómo lo había logrado pero nada podía importarme menos que eso ahora. Moví mis brazos a los lados a como pude sin importar el daño, le di a los hombres de Remus en los brazos y pecho. Dejé a Remus para el final.

Me soltó sin miramientos en cuanto comprendió la escena, caí con las rodillas y comenzó a correr. No iba a escapar tan fácil. Lancé un brazo en su dirección controlando la cuerda de fuego que controlaba y lo tomé por un tobillo para comenzar a arrastrarlo. Había tantos gritos por todos lados que me impresionaba que no me hubiesen descubierto. Lo jalé hasta tenerlo frente a mí.

-Eres un demonio.- dije completamente débil devolviéndole sus palabras. Lo toqué por el pie y comencé a quemar todo su cuerpo desde ahí, las suplicas que gritaba eran completamente en vano.

-¡Cameron!- escuché que gritaron, Gabriel lucía aterrorizado a cinco metros de mí.- ¡Apaga el fuego ahora mismo!- Me ordenó. Obedecí solo porque ya no podía más, estaba exhausta y adolorida. Caí al suelo pero ya no dolía, observé como Gabriel se acercaba a los tipos que querían matarme y ponía las manos en sus cabezas cerrando los ojos, estos daban una leve sacudida y dejaban de gritar.

-¿Qué haces?- pregunté confundida. Me vio con horror y miedo.

-Solo acabo con su dolor más pronto.- En cuanto comprendí lo que decía lo miré aún más asustada que él.

-Eres como un ángel de la muerte.- Espeté y fue entonces cuando comencé a vomitar sangre.

Danger  -Louis TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora