4.

45 5 0
                                    

El transcurso de las siguientes semanas fue demasiado lento para mí, seguía en la escuela con los problemas usuales pero con un poco mas de esperanza por así decirlo, por alguna extraña razón Mark se había unido a nosotras en cada descanso posible impidiéndome actuar de manera usual con Danny, la cual me convertía en una persona totalmente enojada y en contra de cualquier cosa viviente. Podría decirse que nos hizo un buen cambio, podría decirlo pero no quiero así que no sucederá. 

También, ahora que estoy haciendo declaraciones honestas puedo decir que ahora la gente ya no nos molesta como antes a Danny y a mí. Es como si la presencia de este chico rico fuera un escudo, y nos sentaba bien.

Todo comenzó a ponerse feo el día que comencé a hacer maletas, aproveché que mi padre había salido y así no tener problemas en un rato, sabía que aún faltaban cinco días pero tenía que apresurarme. Para las nueve de la noche ya estaba guardando los últimos pantalones en mi tercer maleta, realmente no quería dejar nada atrás más que a mi padre.

Oí unos cuantos sonidos abajo demasiado sospechosos y decidí ver que sucedía. Exhalé despacio al ver a mi padre con demasiado temor, estaba tomado y enojado.

-¡CAMERON!- grito exigiendo presencia. Yo estaba cansada, simplemente harta de todo esto, ya no quería que él me golpeara mas, quería que todo parara.

-¿Dónde estás pequeña perra?- un escalofrió recorrió toda mi espalda. Salí corriendo directamente a terminar mis maletas, si iba a encontrarme por lo menos estaría lista para escapar esta vez.

-¿Por qué mierda no contestas?- gritó, en ese momento escuché un estruendo fuera de mi habitación y así supe que el florero había muerto. Tomé mi celular y rápidamente mande un mensaje a Danny para decirle que viniera por mí. “Estoy en problemas, ven por mi ahora.” 
La puerta de mi habitación se abrió con un fuerte estruendo que me hizo querer saltar por la ventana, tal vez eso fuera menos doloroso.

-Aquí estas zorra de mierda.- sus ojos, esos ojos.
Cada vez que lo veía sabía con toda certeza que él me odiaba con todo su ser. Apuesto que me retenía aquí por diversión o vergüenza de que deambule por ahí y los policías vengan por él por mi culpa.

-Aléjate.-Dije con decisión. 

-Oh, la perrita tiene agallas.- Rió con mucho volumen mientras se tocaba el estomago como si le doliera el esfuerzo, sus ojos se dirigieron a mis valijas. Me miró mientras fruncía el seño hasta que sus cejas por poco se tocaban.- ¿Planeas huir?

Parecía sorprendido, por poco y me la creo. Me acerqué a mis maletas para tomarlas pero él se interpuso en mi paso con una bofetada en la cara que me mando directo al piso.
Todo mi cuerpo temblaba, sentía rabia y lágrimas contenidas. Lo miré con odio, y él miró por igual. Se abalanzó hacia mí y yo levante los brazos para protegerme.
Un grito de horror y dolor me hizo helar la sangre.
--

Danger  -Louis TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora