Danger -Louis Tomlinson

28.

El tiempo pasaba y no me interesaba, lo único que podía hacer era estar viendo hacia el frente sin contestar nada a nadie.
Todos hacían tantas preguntas y no podía contestar ninguna, no quería y no lo haría.

Me habían llevado a la enfermería, una manta me arropaba mientras miraba hacia el frente sin ver nada en realidad. No quería verlos, ya era como si no los viera. Solo podía sentir el calor que sentía cuando lo había quemado... a él.
Asesiné a mi padre.

No era como si no me sintiese mal o algo, simplemente no sentía nada. No podía sentir nada ahora. Ni siquiera podía llorar por la perdida, sabía que debía o quería hacerlo pero no podía. Todos llegaban a mí y susurraban unas cuantas palabras a mi lado o frente a mí tratando de hacerme reaccionar pero nadie lo lograba. 

Danny me había dicho que todo estaba bien, que entendía que nada malo pasaría. Stella estuvo ahí solamente, podía sentirla a mi lado pero se limitó a estar ahí simplemente. Todos habían estado ahí incluso Louis. Pero nadie me podía sacar de estar burbuja en la que estaba.

Supe que era de noche porque todos se habían ido y habían apagado las luces. Todo estaba callado y calmado pero al parecer llovía afuera y se sentía demasiado afuera, se sentía demasiado lejos de donde estaba. Me recosté en la cama utilizando todas mis fuerzas posibles, todo comenzó a doler de nuevo y parecía que no iba a parar.

Comencé a sollozar sin poder controlarlo, había tantas cosas atrapadas en mí que sentía debían salir pero no pude reaccionar antes, se atoraron en mi y al fin comenzaron a salir en forma de llanto cesante. Escuché un sonido cerca y callé con un susto.
¿Estaba acaso en peligro de nuevo?

Me senté de nuevo dirigiendo mi atención a lo que sucedía a mí alrededor. Una sombra se levantó cerca de mí pero no podía ver bien ya que mi vista estaba empañada por las lágrimas que había derramado. 

Escuchaba que se acercaba pero poco importaba ahora, me sentía débil y adolorida. La enfermera Jenkins no había tenido oportunidad de curarme ya que no deseaba que nadie me tocase, dolía como el infierno pero era un infierno que merecía.

Exhalé con calma cuando vi que solo era Louis, me recosté en la helada pared y lo vi a los ojos, aún húmedos y tristes. Él solo me vio sin decir nada, se sentó a mi lado algo apartado sin tocarme y sin decir nada, le agradecí con una inclinación pequeña de cabeza.

-Si…- Comenzó a decir bajo- Todo eso que pasó en realidad apesta demasiado. Lamento mucho no haber estado ahí para ti.

Lo observé mientras alejaba su mirada de mí y la dirigía a la obscuridad, recordé de repente que él me había dejado sola por mucho rato, había estado tan enojada y triste por su culpa pero ya eso no importaba ahora, estaba enojada y triste por cosas mucho más importantes que dejarme sola después de un beso. Me encogí de hombros restándole importancia.

-Si acaso tienes o tenías preguntas sobre por qué me fui es el momento de hacerlas.- No sabía si se debía a mis nuevas experiencias o la tristeza que sentía pero no pude controlar y tragar mis palabras en ese momento.

-Ya no me importa.- Mi voz sonó algo ronca al hablar, como si no hubiese hablado por demasiado tiempo, incluso mis cuerdas vocales estaban cansadas de toda la mierda que estaba pasando a nuestro alrededor. Lo escuché acercarse y fue así como me fui alejando poco a poco hasta la cabecera de la cama, el me atrapó ahí y comenzó a abrazarme.
Yo en serio no quería, no quería sentirlo cerca ni a él ni a nadie pero parecía muy seguro sobre esto.

-Déjame. – Mi voz comenzaba a ser débil y triste de nuevo, abriendo paso al llanto.

-Solo déjame estar contigo, aunque no lo desees necesitas apoyo. Aquí estaré para ti aunque no aceptes que me necesitas.- Acunó mi rostro y lo depositó en su pecho, me arropó con unas mantas y me besó la cabeza con dulzura mientras lloraba sin poder controlarme de nuevo. – No diré que todo está bien o lo estará porque en serio tienes una suerte de mierda inigualable Cameron.

Me hizo reír un poco entre lagrimas y poco a poco me fui quedando dormida en sus brazos dejando salir todos los pensamientos malos salir por un momento de mi cabeza para poder aprovechar estar con él.

Unas cuantas horas después me desperté gritando y con la respiración difícil de lograr. Sentí unas manos alrededor de mi cara, alejando las lagrimas de mis ojos para que pudiera ver a la persona aunque también estaba asustada por ella, por la persona y por mi pesadilla.

-Estoy aquí, ¿de acuerdo?- Su respiración y cercanía me hizo tranquilizar un poco.- Solo vuelve a dormir, estaré aquí por la mañana. 

-De acuerdo.- Me aferré a él pero supuse que nunca sería suficiente.

Él no estaba ahí por la mañana y eso me hacía sentí aún peor. No me gustaba sentirme peor por él, era decepcionante esperar algo de una persona en una situación y momento tan emotivos y recibir absolutamente nada.
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