Beso en la mejilla, abrazo, sonrisa, saludo.
Ese era la rutina de vida mientras entraba a la recepción de la boda de mi primo Lucas con Stephanie.
Si bien me había salvado de esto en la iglesia, no tenía escapatoria en la fiesta.
Mientras Gautier disfrutaba siendo el centro de atención entre todos mis familiares, yo estaba muriendo porque los saludos con mis tíos acabasen para poder ir con mis primos.
—Oh, Danielle cariño, ¡pero mira lo grande que estás! —Me saludó mi tía Gloria, la madre de Matt y Nathalia, afortunadamente la única que me faltaba por saludar, mirándome de arriba a abajo—, pareciera ayer cuando aún usabas pañales… —Y ahí comenzó con el típico discurso de familiares sentimentales que se dan cuenta de que están envejeciendo.
Yo hacía todo el esfuerzo posible para ignorar mi impulso de salir corriendo, mientras escuchaba atentamente.
—Y, bueno, ahora… ¡Oh, espera! —exclamó mirando un punto detrás de mí. Agradecí a Dios mentalmente—. ¿Ese es el pequeño Gautier? —Giré ligeramente mi cabeza en la dirección que me indicaba su mirada y un poco aliviada asentí—. ¡Pero cómo ha crecido! Tengo que ir a saludarlo.
Y sin más, caminó en su dirección.
Yo hice un pequeño baile de victoria en mi mente.
Ya era libre.
De manera rápida, caminé hacia donde se encontraban mis primos con sus amigos.
Isabel (que era la mejor amiga de mi primo y de la novia) vestía un vestido color carmesí y estaba tomada del brazo de su prometido Zack. Daniel, el hermano de Isabel, estaba abrazando por la espalda a su novia Caitlin mientras ésta sonreía abiertamente y hablaba. Mi primo, Matt, estaba de la mano de su novio Joan y James, seguramente estaba esperando a que su novia Kathia saliera del baño porque estaba solo sosteniendo un bolso de mujer.
Y yo… Bueno, yo había venido con Gautier que estaba siendo el centro de atención por parte de mis tíos… Era increíble que a todos les impresionara tanto su cambio físico. Sólo esperaba que Stephanie no le pegase el tacón de la cabeza por robarle protagonismo.
Nadie le roba protagonismo a la novia. Sólo digo.
James fue el primero en advertir mi presencia mientras me acercaba y me dedicó una sonrisa que dejaba entrever su perfecta dentadura.
Abrió los brazos a sus costados.
—¡Pero miren quién se dignó a venir! —dijo, haciendo que la atención se concentrase en mí. No pude evitar sonrojarme violentamente—. Nuestra pequeña Danielle. ¡Ven acá y dale un abrazo a tu viejo amigo James!
Negando ligeramente con la cabeza, me acerqué al rubio de ojos grises y le di un corto abrazo.
A pesar de haberlo conocido mucho después que los otros amigos de mi primo, él nunca se había mostrado cohibido o avergonzado conmigo. De hecho, era muy sociable y amigable.
Todos procedieron a saludarme de la misma manera amistosa y agradable.
Después de decirles que estaba bien y toda esa clase de trivialidades, fui hacia donde se encontraban mis primas Nathalia y Alice, que se encontraban hablando con Claire, la hermana menor de Zack que era contemporánea con mi edad.
—¡Dany! —chillaron Alice, Nathalia y Claire a coro emocionadas cuando llegué hasta ellas.
—¡Hola! —saludé del mismo modo.
—Te desapareciste y nos abandonaste —Me regañó Claire, mirándome con sus ojos verde grisáceo, que eran idénticos a los de su hermano mayor, entrecerrados.
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Designada ©
Romance“No hay casualidad, sino destino. No se encuentra sino lo que se busca y se busca lo que está escondido.” —Ernesto Sábato. Obra registrada en Safe Creative baj...