Amigos. -08

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"Sí, arriésgate.

Ésa es siempre la respuesta."

.........


Vi como Michelle le propinaba una buena cachetada a mi hermano, pero, en ese momento preferí incluso que se la diera ella a que yo se la diera.

- ¡Tú me pediste que no se lo dijera a nadie!

- Soy tu puta hermana menor, no tomo decisiones correctas Jack.

Suspiró frustrado y se sentó en el escalón

- Me alegra que estén las dos juntas.

Días habían pasado desde que me encontré a mi vieja amiga aquí, en Los Santos, y aunque no la había vuelto a ver desde ese momento, seguía pensando en ella, y lo contesta que estaba de tenerla a mi lado nuevamente.

Michelle era, seguramente la única persona en la que confiaba después de Jack, ella me había cuidado en situaciones muy jodidas, y eso no lo olvidaría nunca.

- Debe estar pensando en cabras. - dijo Segismundo a mi lado.

Me pregunté qué carajo pasaba por la cabeza del chico, a veces decía cosas tan incoherentes.

-Sigo aquí Segis, solo estoy pensando, deberías hacerlo más.

Emilio rió, mientras se llevaba la bebida a la boca, dando un gran trago.

Actualmente nos encontramos en un karaoke, por insistencia de Horacio, que él quería cantar.

Estuvo todo el viaje en el auto practicando para " Su gran acto", y, iba a cantar nada más y nada menos que la tusa.

Quise golpearlo por elegir esa estúpida canción, pero al escucharlo cantar no pude aguantar la risa, seguro se ganaría al público, pero no exactamente por su talento.

Y aquí estamos, Gustabo, Emilio, Rogelio, Segismundo, el de crestas, y yo, tomando algunos tragos antes del " Gran acto"

- ¿Venga Horacio que haces con los problemas? - Gritó Gustabo

El de cresta sonrió y se paró, golpeando la mesa en el proceso

- ¡Los problemas me los como! - gritó, llamando la atención de todos.

Yo intenté reprimir mi risa, llevando el vaso a mi boca y encogiéndome en el pequeño asiento.

Debíamos parecer unos completos dementes.

O muy borrachos, depende.

Él se sonrojó al notar las miradas de todos en él, y se sentó acobardado, mientras Segismundo se atragantaba de la risa.

- ¡Pinche joto ya cálmate!

Cuando Emilio le golpeó la espalda al gallego con tanta fuerza que este incluso se quedó sin aire, no pude más y escupí el agua que tenía dentro de la boca, en dirección a su primo.

Ahora la que se ahogaba era yo, entre risas y jadeos, mientras los gritos agudos de Rogelio no ayudaban para nada.

Sentí a alguien levantarme y apoyarme contra su pecho, entre la desesperación y la risa pude notar que era Gustabo.

Sentí sus manos en mi cintura, que subían a mi pecho, enganchándose allí.

Entendí lo que quería hacer un poco tarde, por lo que cuando quise detenerlo el ya había oprimido mi pecho, dejándome sin aire, y totalmente pegada a él.

- Esa no es estúpido- dije golpeando sus manos, haciendo que grite y se separe de mi

Después de recuperar el aire, gracias a un poco de agua de Horacio, pude volver a mi asiento.

- Venga crestas, sube al escenario, canta, y vámonos de aquí, que esto es un puto desastre.

Él sonrió asintiendo, y entre aplausos, gritos de ánimo de parte de Gustabo, y algunos gritos agudos de parte de los primos, subió al escenario, agarrando el micrófono.

- Esto es para mis amigos, y grandes fans.

La música comenzó a sonar, y sus movimientos se hicieron presentes, poco a poco.

-Ya no tiene excusa...-dijo algo timido, mirandonos.

Yo le sonreí levantándole los pulgares, sea lo que sea que haga estará bien, al fin y al cabo es Horacio.

Él se estaba gozando cantando la canción, y eso lo transmitía con facilidad, por lo que poco después de que comenzará la gente se levantó, aplaudiendo al ritmo de la canción y silbando.

- ! ¡Ese es mi crestitas! - Grito Emilio con una sonrisa y un silbido fuerte.

...

Había pasado un rato desde que Horacio había bajado del escenario, y todos estábamos bebiendo y comiendo algo tranquilos, hasta que un par de retrasados nos interrumpió.

Un chico de cabello marrón, y vestimenta estándar, junto a otro de cabello rojo, se acercaron a nosotros.

- Buena canción mariquita.

Mi ceño se frunció al escuchar eso, ellos estaban pasando por detrás de Horacio, por lo que me paré deteniendo su paso, quedando justo frente a ellos.

- ¿Qué coño dijiste?

Golpee su pecho con una mano, haciendo que retroceda un paso, mis amigos me miraban expectantes, esperando que les pidiera ayuda.

- Quítate de en medio muñeca, no es contigo.

Escuché a Segismundo decir por lo bajo " No deberías haber dicho eso hermano..."

Sonreí y di un paso hacia él, quedando frente a frente.

- Él es mi amigo, así que si, es tema mío, parguela.

Rodó los ojos y me apartó de un manotazo, desestabilizándome unos segundos, haciendo que me tenga que agarrar de Rogelio para no caerme.

Cuando quise dar un paso para partirle la madre, como diría Emilio, Gustabo ya lo estaba dando vuelta y golpeando su rostro con un increíble gancho derecho.

- Vuelve a tocarla y te irá peor. - dijo el rubio agarrando del cuello al otro tipo, que solo se tocaba la cara, sorprendido.

Pero cuando mi amigo lo iba a soltar, yo lo empujé con aun más fuerza que antes, y le di un golpe, haciendo que su nariz sangre, y el caiga.

Puse mi pie sobre su intimidad, haciendo presión sobre ella y me agache, para que me escuche perfectamente.

- Vuelve a tratar así a mi amigo, o a volver a tocarme, y voy a asegurarme de que termines muy en el fondo del mar, ¿me escuchaste?

El solo asintió y yo me levante, saliendo del lugar.

- Joder, ya ni comer en paz se puede en este maldito lugar.

Provocador || Gustabo GarcíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora