" Estoy a un paso de quererte el resto de mi vida, y a otro de olvidarte para siempre"
......................
Desperté de un salto al escuchar el ruido de la reja abriéndose, Jack estaba allí parado, con su clásica expresión de acabar de despertar con una gran migraña.
Llevaba ropa deportiva, lo que me indicaba que acababa de llegar, por lo que era temprano.
Voltee mi cabeza hacia Gustabo, quien seguía durmiendo en la otra cama, con la ropa levantada, dejando ver partes de su abdomen.
Tardé algunos segundos en reaccionar y volver a mirar a Jack.
Mis ojos se abrieron mucho por no entender completamente lo que sucedía, pero sin dudar mucho me levanté y pasé por su lado, huyendo de aquella celda, en la que presentía habían pasado cosas.
Jack me gritó que me detuviera, pero no le hice ni caso, no estaba en un estado como para hablar con el, o descubrir que había pasado.
Algunos oficiales estaban caminando hacia algún lado de comisaria, pero al verme corriendo hacia la salida, no pudieron evitar mirarme de manera extraña.
Al salir a la calle vi un taxi en la esquina, un chico se estaba bajando de el, por lo que seguramente estaría disponible.
- ¿Puedo subirme?
El hombre mayor asintió y yo me metí, procurando que nadie me haya visto.
...
Mi cabeza no paraba de darle vueltas al asunto, pequeños flashbacks de la noche anterior se asomaban, pero nada relevante lograba sacar de ellos, lo único que sabia, y que descubrí cuando salia corriendo de las celdas, es que todos los chicos estaban allí, durmiendo.
Suspiré y enderece mi cabeza, acomodandome mejor en la pequeña tina.
El agua caliente hacia que mis extremidades se sintieran mas ligeras, y por consecuente, yo me sintiera mejor.
Sea lo que sea que haya pasado, mi cuerpo ya estaba sintiendo la factura, pareciera que me hubiera pisado un maldito camión.
Sin nombrar el pequeño chichón que me había salido en mi cabeza, y que trataba de no tocar.
Me sobresalte al escuchar el sonido de mi celular, secando mis manos, y moviéndome un poco, logré alcanzarlo para atender.
- ¿Hola?
Me había llamado la atención que era un numero privado, pero de igual manera hable.
- Tengo un trabajo para ti.
Fruncí el ceño al reconocer esa voz, pero sin entender sus palabras.
- Por qué no me hablas de tu teléfono normal, y de que coño hablas.
- Ven a esta ubicación y hablaremos, no le digas a Jack de esto.
Solo afirme dejando a un lado el teléfono, escuchando como ella cortaba.
No sabía cómo esto me hacía sentir, Michelle era una persona en la que confiaba tanto como en Jack, pero eso me resultó realmente extraño.
Para peor mi cabeza no dejaba de doler, lo cual no era nada agradable.
Carajo, solo quería un momento de tranquilidad, pero ya ni eso se puede.
Apoyé mis manos en el borde de la tina y con esfuerzo me levanté, dejando mi cuerpo expuesto; de un manotazo agarré la toalla mas cercana para luego rodear mi cuerpo con ella, comenzando a secarme.
Un rato despues ya estaba saliendo de mi apartamento, habiendo tomado un par de pastillas para el dolor y haberme cambiado.
Conduje hasta la ubicación que me envió, era un edificio en la ciudad, no tenia nada de especial, nada que lo diferencie de otro, o que me de una pista de que hay en su interior, lo que solo me ponía mas alerta.
Bajé de mi vehículo y caminé hacia la entrada, pero algo llamó mi atención, un sensor de huella digital estaba justo a un lado de la puerta, lo que indicaba que era un edificio privado, y muy seguro.
Una mano se hizo presente en mi campo de visión, que fue directo al sensor.
Elevé el rostro, encontrandome a Michelle sonriéndome, para luego mirar las puertas abrirse.
- Pensé que te quedaras viendo todo el dia un sensor no era la mejor idea.
Sonreí y la segui al interior del edificio, el cual parecia ser administrativo.
Luego de pasar por algunos pasillos y salas con algunas personas de por medio, llegamos a lo que parecia ser una sala de conferencias, una gran pantalla colgaba en la pared, habian cajas con archivos encima de la gran mesa rodeada de sillas de cuero.
Era un lugar caro, eso innegable, todas las puertas eran de vidrios, y las ventanas estaban cerradas, eso me indicaba que no querian ser vistos por fuera, pero no querian cosas extrañas por dentro.
Esto me sonaba a algo gubernamental, por el tipo de personas, el edificio, y el hecho de tanto secreto.
- Que hago aqui?
Ella me sonrió y agarró mi mano, haciendome sentar frente a ella.
- Te traje aqui porque debo decirte algo importante.
Asenti lentamente, esperando que lo que me vaya a decir no sea algo que me arruine la poca paz que mantenia actualmente.
Se veia ansiosa, nerviosa, y muy atenta a mis señales corporales.
- Vendrá Masón a la ciudad.
Mi cuerpo se heló ante esa noticia, era algo que definitivamente no me esperaba.
Una sonrisa ladeada se hizo presente al recordar todos aquellos momentos pasados con el.
- Pensé en decirtelo antes que a Jack, ya sabes, el va a ser algo complicado, como siempre.
Llevé mi mano a mi rostro, sin creermelo del todo, mi viejo amigo y compañero vendrá
-¿ Cuando llegará a la ciudad? tendremos que irlo a buscar al aereopuerto.
Ella se notó feliz por mi respuesta, y se levantó.
- Primero debemos decirle esta mierda a Conway, y eso te lo dejo a ti, que tu lo entiendes mejor.
A mi hermano jamas le habia caido del todo bien Masón, pero habian convivido por mucho tiempo, por lo que esperaba que no se enojara por el hecho de que el volviera.
Eso espero.
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Provocador || Gustabo García
Teen Fiction" Entré en su mente buscando algo triste, y fue lo único que encontré.." - No te quiero cerca de él.