Xue Yang abrió sus ojos para sentir como el panorama trágico era cambiado por uno más tranquilo. Pensó que estaba alucinando, hasta que cayó en cuenta que estaba en una prueba de los dioses, solo esperaba que está no fuera dolorosa como la anterior.
Caminó hasta encontrarse un árbol de cerezo, el cual estaba floreciendo en época de otoño. Sus hermosas flores eran rosas y todas había brotado, el árbol parecía un sauce llorón por el peso de las flores brotadas. Xue Yang empezó a dudar si esto sería o no buena señal.
—A-Yang— le llamó una voz cálida, una que reconocería en cualquier lugar.
Volteó y lo vio, sus bellísimos ojos negros lo miraban con dulzura. Como si fuera un sueño, se corto la piel del brazo en una línea fina con Jiangzai, para verificar que fuera real. Sintió el dolor, era real.
—¡Xue Yang!— grito, alarmado el hombre blanca túnica—. ¿Te duele?— dijo, mientras se rasgaba la muñequera de la túnica y vendaba su herida.
El solo negó, casi queriendo derramar lágrimas, pero no lo hizo, sus ojos se tornaron rojizos. Acarició la mejilla del taoísta, como si fuera irreal.
—Estoy aquí, A-Yang— dijo, tomando la mano que lo acariciaba y besó su palma—. Estoy aquí, mi A-Yang.
—Daozhang— dijo, para luego abrazarlo.
Ambos permanecieron así, hasta que un sonido de garganta los interrumpió. Ambos se separaron, pero fue Xue Yang quien se interpuso entre el Daozhang blanco y el Daozhang negro. Sacó JiangZai y se dispuso atacar, pero Xiao XingChen se lo impidió, poniendo su mano en el filo de la espada.
—A-Yang, no hay peligro, ZiChen ya no es tu enemigo— dijo, sonriéndole con calidez.
No muy seguro, bajo a JiangZai y la guardó en su manga Qiankun. A-Qing se encontraba junto a Song Lan y los miró feliz.
—¡Daozhang!— exclamó para lanzarse a los brazos del mayor.
—¡Mentirosa!— regaño el joven, quien alejó a la niña del Daozhang blanco.
Ambos empezaron a pelear verbalmente y los dos Daozhang sólo los miraron, uno desaprobatoriamente y el otro muy feliz. Al llegar al tronco del árbol, Xue Yang y Xiao XingChen estaban tomados de la mano, Xue Yang sentía vergüenza por ello, pero debía de admitir que se sentía muy bien aquello y al salir debajo del árbol, ambos estaban vestidos de rojo. Ambos ya habían tomado la decisión, no importaba si era un sueño o no, se casarían y el cielo, la tierra y sus ancestros sabrían esto.
Al llegar al punto alto del monte, nos se posicionaron frente a frente e hicieron los tres kotows y A-Qing sólo exclamó:
—¡Espero que seas fiel a Daozhang, bastardo!— dijo, divertida.
Xue Yang estaba a punto de insultar a la niña, pero fue interrumpido por un beso de Xiao XingChen y se olvidó por completo de la mocosa. A-Qing sólo bufó por ello y Song Lan los veía, pues si su amigo era feliz, él también lo sería. Todo era amor para Xue Yang y Xiao XingCheng....
Autora: Esperen... ¿Amor...? Aquí hay algo mal...
Solo tengo dos opciones: uno, o este era el facfiction más patético de la historia, donde estaba en una prueba y ahora, en 500 palabras, todo era amor y arcoiris...
Angiemon: ¿De cuál te fumaste?
Autora: Quien sabe, pero no estaba verde... @-@
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.Angiemon: Hay aquí una opción dos, o todo era un sueño de parte de alguno de los dos... *saca a la autora del set, pues la noqueó con un bat*
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Volviendo a ti para corregir mi error
FanfictionXue Yang ha muerto. Sin embargo, los dioses Muerte, Tiempo y Amor le darán otra oportunidad de corregir sus errores cometidos en la Ciudad Desolada.