Volviendo a ti para corregir mi error

Capítulo XXX. Mi vida a tu lado.

Después de una semana, A-Qing empezó a mostrar síntomas del embarazo. También lo estaba Xue Yang, aunque Xiao XingChen le había advertido sobre tener otro bebé, Xue Yang lo llevó a otra posada y lo hicieron todo el día. Song Lan y A-Qing quedaron cuidando a los niños.

A-Qing estaba encantada y comía a cada rato, e incluso adelantaba las horas normales de alimentación. Song Lan la consentía en cuanto a los alimentos y la cuidaba de que no hiciera algo que la forzará o que la cansará. Xiao XingChen tenía que lidiar con los pequeños traviesos que eran sus hijos, pues al enterarse del nuevo miembro en proceso de gestación, estaban impacientes en lo que sería. Los pequeños gemelos querían saber que sería, de todos los niños de Xue Yang.

—Tranquilos, baobei— dijo Xue Yang, quien cargaba a su pequeña Mei—. La partera nos lo dirá hasta los seis meses.

—Pero quiero saber si será niño— dijo Shaoran, uno de los gemelos— podemos enseñarle a pelear con fantasmas como papá.

—O sería niña— dijo la pequeña XingYao—. Le enseñaría como vestirse, como debe ir la ropa o a jugar conmigo a la casa...

—Será niño— dijeron ambos gemelos.

—Será niña— contraatacó la pequeña.

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—Joven amo Xue, usted espera gemelos— dijo la partera, quien revisaba el vientre grande de Xue Yang, tocando los puntos de energía espiritual.

—¿Gemelos de nuevo?— dijo Xue Yang, quien tenía una mano en la frente, dándose una palmada.

—Así es— afirmó la señora—, debe cuidar su alimentación y no caminar mucho, el sexto parto es complicado, no debe embarazarse después de que los primeros seis meses.

—Eso es lo que le dije, Madam— dijo el cultivador blanco.

—Pero no te resististe a mí— dijo con picaría haciendo sonrojar a su esposo.

—Bien, mi turno— dijo la joven A-Qing, quien tenía un vientre un poco más grande que el de Xue Yang.

—Señorita, espéreme en su cuarto, por favor— dijo la señora partera, era la cuarta vez que se lo decía a la joven.

—Quiero saber si también son gemelos— dijo A-Qing, muy emocionada.

—A-Qing, por favor— dijo Song Lan, quien la tomó de la cintura—. Vamos a la casa.

—Está bien— dijo, haciendo un puchero.

Al terminar la señora partera, fue a la casa de la pareja Song, revisó con cuidado el vientre de la joven, quedando sorprendida.

—¿Eh? ¿Cuántas veces han estado teniendo intimidad, amo Song?— preguntó la señora con profesionalidad.

Song Lan se sorprendió por la pregunta e iba a negarse a responderla, pero A-Qing se le adelantó a contestar.

—Solamente en la noche de bodas tuvimos intimidad— dijo, sonrojada— y he de decirle que fue toda la noche...

—A-Qing— regañó el mayor de negro.

—Felicidades— dijo la partera—, siento la energía espiritual de tres bebés...

—¡¿TRES?!— gritó Xue Yang, quien estaba entrando por la puerta del cuarto cuando escuchó aquello.