Especial 3K. Capítulo XIX. Te deseo 7w7r

955 161 115
                                    

Bueno, esto es un regalo para aquellas que han leído y seguido fielmente este lindo fic (así lo considero, ya que disfruto mucho haciéndolo) y para este cap, comeré tres bolsas de sabritas, dos refrescos y una bolsa de caramelos.

////////////////////////////7u7///////////////////////////

Xue Yang veía el caramelo que le dejó Xiao XingChen antes de irse. No podía creer que lo dejará, ya sabía que lo hartaría, pero esperaba que lo echará no que el Daozhang blanco se fuera.  Su lobo interior lo extrañaba, aunque sus sentimientos estaban ligados al alfa, no lo aceptaba y, cada que A-Qing hacía un comentario al respecto, la miraba mal y ella se iba del cuarto, cerrando con el candado para evitar otro accidente como el de aquella vez.

Ya había pasado cinco días desde ese incidente y aún estaba en sus últimos días de su celo. La fiebre aún seguía fuerte por su celo y A-Qing cuidaba de él. Song Lan sólo llegaba a la casa a comer y no se quedaba, pues no quería volver a perder el control, aunque había algo raro en ello. Cada que llegaba el olor del celo de Xue Yang, al querer ir a seguir el origen de ese olor, era reemplazado por el aroma de bambú y brisa de río. Era aún más fuerte que el del omega en celo, eso era muy raro. La niña evitaba a toda costa al alfa negro y sólo le dejaba la comida en la mesa, ya lista y tapada. El cultivador negro, un día, llegó a verla que estaba regando las plantas que habían plantado en invierno y trabajaba en ellas con mucho cuidado y se quedaba un rato a contemplarlas. Se acercó a ella, pero la niña lo sintió y retrocedió unos pasos de él.

—Joven señorita, ¿Cuál es el problema?— preguntó, confundido—. No recuerdo haberle echo algo...

—Ese es el problema— murmuró entre dientes.

Song Lan frunció el ceño y observó como la jovencita apretaba su túnica y miraba el suelo.

—Si hay algo que quiera decirme, la...

—No es nada— dijo con molestia y se fue corriendo a su ataúd y se cubrió con la cobija de algodón que tenía.

Xue Yang, por su parte, observaba el caramelo que le había dado Xiao XingChen y durmió con él, apretándolo con fuerza. Al despertar, se encontró con A-Qing alimentándolo. Le gruñó y se apartó de ella.

—Ja, como si quisiera servirte— dijo, molesta.

—Mierdosa, ¿Qué haces aquí?— dijo, aunque aún estaba débil y no podía hablar con mucha voluntad, aún mantenía su mirada de odio hacia ella.

—Ja, muy gracioso, bastardo— rió con sarcasmo—. Mientras estabas durmiendo, llegó el Daozhang, preguntó por ti...

—¡¿Llegó?!— dijo con emoción en sus ojos, pero desapareció al instante al darse cuenta de su reacción—. Que me importa ese estúpido.

—Quizás deberías preocuparte— dijo con gentileza el cultivador blanco, entrando en el cuarto, siendo detenido por la niña.

—Daozhang, no entre, es un alfa y...— dijo, preocupada pero fue interrumpida por el omega.

—Ja, como si déjase que me hiciera lo que quisiera— dijo con crueldad, pero en sus ojos, reflejaba su necesidad por el alfa.

—Déjanos solos, A-Qing— pidió el alfa.

La niña insistió, pero fue reprendida por Xue Yang y, con la fuerza que aún le quedaba, la empujó afuera. Cerró la puerta, pero al ejercer fuerza contra la niña, iba a caer al suelo, de no ser por Xiao XingChen, quien lo atrapó al tiempo en que caía, se hubiera lastimado en el suelo. El alfa blanco lo llevó a la cama y sacó de su manga un supresor de alfa, el cual iba a tomar en ese instante. Xue Yang, al ver lo que iba hacer, tomó el supresor y lo arrojó lejos del alfa.

Volviendo a ti para corregir mi errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora