XXII. Hurry Up, Blond

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•Luke•

Luke se encontraba sentado en la sala junto a la mamá de Audrey, quien cambiaba los canales del televisor con el control que reposaba en su mano. Luke comprobó que no había nada entretenido en la televisión por lo que decidió poner más atención a la canción que sonaba desde el piso de arriba una y otra vez.

—¿A dónde la llevaras, Luke? —preguntó Thereza pasando por el canal 16 por cuarta vez.

—Almorzaremos con mi mamá y mis hermanos, señora.

—Creí que iba a ser algo mas... —la mujer se encogió de hombros, miró por cortos segundos al rubio y le sonrió con cansancio. —Ella esta nerviosa, por eso lo pensé. No me malinterpretes.

—En lo absoluto, pero, ¿Nerviosa?

—Lleva repitiendo esa canción desde antes de que llegaras.  —explicó. —Luke, seré directa ¿Si eres compañero de Calum o planeas ser novio de mi hija? —Luke tragó saliva con dificultad, antojando el acto a tragar una piedra enorme, de un momento a otro las manos comenzaron a sudarle, miró a Thereza quien lo miraba fijo con una sonrisa.

—Conocí primero a Audrey. —explicó frotando sus manos en la parte de los muslos de su pantalón. —Compartimos una lata de AriZona, luego cuando Calum entró a la escuela me hice su amigo, pero pues, Audrey y yo...

—Hasta ahí. —dijo Thereza volviendo su vista al televisor. —Con eso me basta. —Thereza lo volvió a mirar sonriéndole de nuevo.

—¡Mamá! —gritó Audrey desde el segundo piso. —¿Dónde putas esta mi pantalón rasgado? —Thereza soltó un ligera carcajada.

—El televisor es todo tuyo, Luke. —la mujer se levantó del sofá y fue a las escaleras.

—¡Luke! —una voz hecha susurro le llamó, el chico miró por encima de su hombro y vió a Reece asomado desde la puerta al sótano de la casa. Se levantó y caminó hasta donde estaba el menor.

—¿Si?

—¿Cuando tú y mi hermana sean novios, irán a verme jugar a un partido de fútbol? —Luke soltó una carcajada.

—¿Novios? ¿Tu hermana y yo?

—¡Pues claro! Además, ya he comenzado a presumirte con mis compañeros de equipo. —el niño levantó el mentón e infló el pecho con orgullo. —Anda. —codeó al rubio. —Dime que si, ¿Si?

—Pero aún no somos novios. —explicó.

—Pues date prisa, rubio. —Reece rodó sus pequeños ojos azules como su estuviese molesto.

—Pero...

—Sh. —el niño se estiró y colocó uno de sus dedos índices en el pecho de Luke debido a que ni de puntitas alcanzaba la barbilla del rubio. —Mi hermana ya va a bajar. —explicó retirando su dedo.

—¿Cómo lo sabes?

—Ya detuvo la canción, ahora, vete, largo, y mas te vale que cuides a mi hermana, los quiero aquí a las nueve y treinta. —Luke sonrió.

—Tranquilo, tal vez este aquí mucho antes.

—¿¡Qué!? A ver jirafa. —el niño se cruzó de brazos. —¿Qué clase de Romeo eres?

—¿Conoces la historia en la que participó Romeo?

—Claro que no, tengo diez años, pero no me saques de tema. Ese tipo debió haber sido todo un galán. Volviendo al tema, ¡Ten imaginación!

—¿Imaginación?

—¡Si! Pero vete, vete, vete, ya viene. —Reece empujó lo poco que podía a Luke a la sala y volvió corriendo a la puerta del sótano. —¡TEN IMAGINACIÓN, RUBIO! —gritó entrando por la puerta y cerrándola con un fuerte golpe.

AriZona (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora