XX. Kigurumi

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•Audrey & Luke•

Estaba sorprendido, muy sorprendido, realmente no se esperaba ser recibido de esa forma, no sabía si preguntar, si reír, no sabía que reacción expresar, sus ojos estaban muy abiertos mirando aquello.

—¿Qué...

—Se llaman kigurumi, inculto. —respondió Audrey colocando sus puños a la cintura.

—¿Pero por qué...

—¿Qué? ¿Acaso no puedo andar por mi casa vestida de unicornio rosa? —ella frunció los labios de manera infantil.

—¿Estas haciendo pucheros?

—¡Todo te molesta! —jaló el gorro de la prenda cubriendo hasta su nariz y frunció nuevamente los labios. Luke aprovechó aquella oportunidad y besó de manera rápida los labios de la chica. —¿Me has besado? —preguntó ella retirando el gorro de su cara y mirando a Luke con sus mejillas tornándose rosas.

—Tal vez.

—¿Besado? —preguntó Calum saliendo de la cocina con sus mejillas infladas por el bocado de la manzana que llevaba en su mano. —¿Ustedes dos andan y yo no lo sabía?

—No andamos. —respondió Audrey dando la vuelta y mirando al chico.

—¿Y por qué dijeron que se besaron?

—No lo dijimos.

—A que sí, y Luke lo dijo.

—Tantas horas en la escuela te confunden.

—Ah no, no me ganaras ahora, ustedes se besaron y no me mentiran. ¿Están juntos?

—No. —respondió Luke. —Aún. —los ojos del moreno se abrieron mucho. Audrey le proporcionó un codazo en el estómago a Luke.

—¡Tú solo estabas cortejando a mi hermana! —Calum gritó apuntando a Luke con el dedo índice de la mano con la que sostenía la manzana.

—No soy...

—¡Si lo eres! ¡Literalmente hemos estado juntos toda la vida y no es momento para que me lleves la contraria! —exclamó el moreno mirando con ferocidad a la chica, que ahora se cruzaba de brazos en señal de rendición.

—¿Por qué te molesta tanto? —preguntó la chica volviendo a levantar la mirada.

—¡Me molesta que entre ustedes dos hay algo y ninguno me dijo!

—¡Calum!

—¡Y no me digas que exagero! ¡No por no ser consanguíneo de esta familia significa que merezco menos confianza que alguno de ustedes, si algo pasa Calum nunca se entera! —habló en tercera persona apuntándose al pecho. —¿Qué les costaba decirme?

—No andamos.

—¿Y? Soy tu mejor amigo, soy tu hermano, ¡Y ni un poco de confianza me tienes! —Audrey bajó la mirada y acto seguido volvió a levantarla, caminó hacia Calum con los brazos extendidos ofreciendo un abrazo.

—Lo lamento. —susurró con la cara hundida en el cuello del chico.

—Sólo quiero confianza, eres lo único que me queda. —Calum murmuró con la voz rasposa.

Y entonces Audrey lo entendió, había pasado por alto lo que hoy Calum recordaba, los papás del chico habían fallecido hacia doce años y nadie lo había recordado.

—Siento haberlo olvidado, lo lamento, Calum.

—Me desquite contigo y por una estúpidez, yo lo lamento.

—Tranquilo, a la próxima no lo olvidaré.

—A la próxima no me dolerá.

—Siempre dices eso.

—Bueno yo... —Luke carraspeó.

—Lo siento jirafa, problemas de hermanos. —Audrey giró sobre sus talones sonriendole de manera reconfortante al rubio.

AriZona (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora