AriZona (Luke Hemmings)

IX. XtreMes

•Audrey & Luke•

En el asiento de adelante Luke sentía la mirada de Reece desde los asientos de atrás.

—Tu... ¿Estudías en el Instituto Baltimore? —preguntó el rubio al moreno.

—Estudiaré, entro mañana, ¿Por qué?

—Recordé haberte visto cuando vi a Audrey en el Instituto. Yo estudio ahí. —masculló

—Ah. —el moreno asintió mirando hacia el camino. —Serás mi compañero, supongo.

—Posiblemente. —murmuró Luke haciéndose pequeño en el asiento.

—Soy Calum.

—Luke. —volvió a una posición normal pues se sentía más confiado de que al menos el hermano de Audrey ya le hubiese dicho su nombre.

—Ya me lo habías dicho. —Luke sonrió con un poco de incomodidad. —¿Cómo conoces a Audrey? —preguntó.

—Compartí una lata de AriZona con ella. —explicó.

—Mhm. —de poco en poco el auto fue disminuyendo su velocidad hasta estacionarse frente a la casa café claro de Audrey. Luke desabrochó su cinturón de seguridad y salió de inmediato. —Reece baja las bolsas plásticas. —dijo Calum y Luke cerró la puerta. —Mierda, olvide mis llaves. Reece, ¿Tienes llaves?

—Siempre salgo contigo, Audrey ó mamá, ¿Cómo esperas que tenga una llave? —Calum bufó.

—Ve y toca la puerta, espero y no se moleste. —dijo lo último para si mismo.

—¡Claro que se molestará! Dijo que estaría adornando su habitación, ¿Recuerdas? —exclamó Reece.

—Es por eso que te mando a ti. —explicó. —Contigo no se enojará.

—Es lo que tú crees. —el niño rodó los ojos.

—Yo iré. —propuso Luke.

(...)

Levantó su mano y tocó suavemente con los nudillos en la puerta de la casa.

—¡Maldición, Calum! Te dije que adornaría mi habitación, ¿Cómo pudiste ser tan terriblemente torpe para olvidar llevarte tus llaves? —aquel grito comenzó siendo lejano y luego se fue intensificando y Luke lo escuchaba como si él estuviese dentro de la casa y no tras la puerta. —Juro que te tomaré de... Luke. —el gesto de la chica se suavizó al ver al rubio y no a Calum.

—Hola. —saludó. Reece y Calum entraron a la casa corriendo y sin pronunciar ninguna palabra.

—¿Qué haces aquí?

—Él dijo que quería hablar contigo. —respondió Reece.

(...)

Ahora ambos se encontraban sentados en el piso de la habitación de Audrey, la chica sostenía un cigarrillo de cereza entre sus dedos mientras admiraba orgullosa su pared con pintura fresca e inhalaba suavemente el olor a pintura.

—¿Gustas? —preguntó el chico tendiendole un paquete ya abierto de Xtremes que había tenido guardado en su mochila.

—¿Qué es eso? —preguntó ella torciendo el gesto.

—Tocino de unicornio. —Audrey levantó una ceja. Luke sonrió. —¿En serio no sabes lo que son? —ella negó con un movimiento leve de cabeza. —Son unas tiras de colores sabor fresa y cubiertas con azúcar. Anda, toma una. —con su pequeña nariz un poco arrugada estiró su mano libre y tomó una de aquellas tiras arcoiris y la introdujo entre sus labios dejando un poco del azúcar de sobra pegada en su labio inferior. Por un corto momento, Luke admiró los pequeños cristales dulces pegados en los labios de Audrey, ella lamió sus labios y Luke retiró la vista. —¿Y bien?

—¿Puedo tomar otro? —Luke asintió y ella apagó el cigarrillo en el cenicero que tenía a lado de sus piernas. —¿De qué querías hablar conmigo? —preguntó frotando sus dedos pulgar e índice para deshacerse del azúcar pegada en ellos.

—Quería invitarte a la fiesta de fin de mes que organiza mi escuela.

—Oh.

—¿Te gustaría ir conmigo?

—Me encantaría, pero Michael me invitó ya.

—¿Qué? ¿Cuándo? —Luke frunció el ceño.

—Hoy, antes de que llegarán. —explicó.

—Mierda. —susurró.

—Lo lamento.

—¿Me regalas un cigarrillo?

—Creí que no querías morir de cáncer de pulmón. —se burló tomando su estuche de metal y su encendedor.

—Creo que cambie de opinión.

—Tomalo. —le tendió el estuche y el encendedor. Luke sacó un cigarrillo, lo colocó entre sus labios y lo encendió.

—Sabe a mierda. —dijo y Audrey rió.

—Son de cereza, explota la pequela burbuja del filtro antes de jalar. —Luke obedeció.

—Sigue sabiendo a mierda. —Audrey sonrió marcando un poco los hoyuelos a los costados de sus mejillas.