18. Galleta | Bofur

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La luna se alzaba en lo alto del cielo nocturno, y la Compañía de Thorin descansaba bajo aquellas esplendorosas estrellas. Fili y Kili encendieron una fogata, y algunos decidieron sentarse alrededor del fuego para escuchar la misteriosa historia que Bofur relataría aquella noche.

"Hubo una vez, hace cientos de años, una hermosa y esbelta mujer mestiza, perteneciente a la raza de Elfos y de Hombres; sin embargo, residía en los pueblos Enanos, ganándose el afecto de nuestros antepasados." Bofur sonrió.

Los más intrigados eran los jóvenes y el Hobbit que los acompañaba en la travesía. Todos hacían silencio.

"De piel morena que brillaba a la luz del sol y de cabellos oscuros, se decía era descendiente del clan de los Noldor, poderosos y sabios entre Elfos. De vasto conocimiento sobre hierbas curativas, hechizos defensivos y capacidad de predecir tormentas y guerras, la semielfo captó la atención de varios Enanos. No sólo su atención, sino también su curiosidad; todos se preguntaban, «¿qué hacía en un pueblo Enano alguien con trucos peligrosos bajo la manga?» Nadie sabía. Sin nombre, era llamada la semielfo. No pasó mucho hasta que el miedo dominó al pueblo. La acusaron de practicar brujería, de ocultar su verdadera identidad y de no revelar sus intenciones con los Enanos. Su castigo era la muerte."

Kili interrumpió. "¿Y dónde está lo extraño? Hasta ahora sólo he escuchado hechicerías."

"Por ahí va, muchacho; lo que ocurrió en la prisión fue peculiar. Encerrada, convenció al guardia de traerle un pedazo de carbón; y se lo consiguió. Partió el carbón en dos, soltando un crujido parecido al de una galleta, y hábilmente comenzó con ambas manos a dibujar en la pared gris de su celda. El Enano encargado de vigilarla no creyó que dibujar fuera malo, así que la dejó hacerlo. En la noche, una terrible tormenta azotó al pueblo. La semielfo estaba a punto de terminar aquel dibujo en el grisáceo muro. El Enano se acercó para observar mejor; era un barco con las velas desplegadas, situado sobre olas del mar, ansioso de tocar el verdadero océano. «¿Qué crees que le hace falta a mi barco?» Preguntó la mujer, consciente de aquellos ojos; el Enano contestó: «¡Que navegue!» La semielfo sonrió determinada, diciendo: «¡Míralo navegar!» Y con un brinco aterrizó sobre el barco, formando parte de la imagen. El Enano miró al barco alejarse y a la semielfo, en el dibujo, despedirse de él con las manos negruzcas, por el carbón."

Al ver los rostros impresionados de los jóvenes, Dwalin bufó. "Sólo son cuentos de hadas. Ni siquiera es considerada leyenda." Se alejó de la fogata.

"¿Y qué sucedió?" Bilbo habló. "¿Qué ocurrió con la semielfo y su barco?

"Bueno," Comenzó Bofur. "Nadie sabe con exactitud. Hay quienes dicen que a la mañana siguiente divisaron un barco en el horizonte; les pareció extraño ya que ningún barco había zarpado, por la tormenta. Eso sí, nadie volvió a ver a la semielfo, y se desconoce si abandonó la Tierra Media o no."

notas:1

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notas:
1. la imagen pertenece a @curioscurio en twitter.

Fictober 2020 | Edición TolkienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora