Logró escapar de un matrimonio con el hijo del senescal de Gondor, pero no escapó de casarse con el rey de Rohan. Ahora era una reina, y su función era traer un heredero a su esposo. Lothíriel quería ser libre, mas tenía un obstáculo: Éomer. Un hombre al cual no amaba, y el cual probablemente tampoco la amaba. Cumplía con sus tareas, luego regresaba a sus aposentos.
Su vida se había reducido a las cuatro paredes que conformaban su cuarto. Solamente suyo, ya que Éomer tenía su propia habitación. ¿Se avergonzaba de tenerla como reina? ¿No confiaba en ella? Claro, no podía confiar en ella si apenas la conocía. Entonces, ¿por qué la aceptó como esposa?
Un golpe en la puerta liberó a Lothíriel de sus pensamientos. Sus cabellos marrones brincaron. "Adelante."
La puerta fue abierta. "Te traigo el desayuno." Dijo Éomer, entrando al cuarto mientras sostenía una bandeja plateada con varios platos de comida.
"Oh, no tenías que hacerlo. Sé lo ocupado que estás... Siempre." Intentó hablar cortésmente, y al parecer había fallado. "Pudiste mandar a alguien."
Éomer respondió con una sonrisa; no sabía exactamente qué decir. Caminó hacia la enorme cama, donde se hallaba sentada Lothíriel. Ella sabía que él no era un hombre malo; simplemente era reservado y sobreprotector. Éomer asentó la bandeja encima de una pequeña mesa, ubicada frente a la cama. Tomó una bocanada de aire.
"Un fuerte olor inunda tu habitación." Dijo, tomando asiento junto a su esposa sobre la blanda superficie de la cama.
Lothíriel se puso alerta. "Esencia de arándano." Admitió. "¿No es de tu agrado?" Murmuró silenciosamente.
"Arándanos." Sonrió Éomer; entonces contestó. "Nunca dije que no lo fuera; por el contrario, pienso que dicha fragancia hace justicia a tu belleza. Desprende un olor tan noble que contrasta a cualquier otro, y cuando pruebas el fruto, percibes una explosión de sabores que nunca antes creíste experimentar."
Éomer acarició gentilmente la mano de su esposa. Lothíriel se hallaba atónita. El rey, dando un último apretón a dicha mano, se levantó para salir del cuarto. Aquello fue imposible, ya que la reina se puso de pie y rápidamente alcanzó el brazo de su esposo, haciendo que él gire para mirarla cara a cara. Los ojos de uno eran incapaces de separarse de los del otro, y aquella atracción entre ellos que creían inexistente, de repente estaba ahí, aumentando con velocidad.
En un movimiento arriesgado, Éomer sostuvo el cuello de Lothíriel y la besó. Pero no era un beso como al que acostumbraban: corto y mecánico. No. Era un beso profundo, con sentimiento, con un significado. Se sintió como un primer beso para ambos. Un beso con sabor a arándanos.
"Un nuevo comienzo nos haría bien a los dos, ¿no crees?" Susurró Éomer.
"No podría estar más de acuerdo." Lothíriel sonrió. "Sabes, no puedo darte un heredero si dormimos en habitaciones separadas."
Éomer comenzaba a conocer las facetas de su esposa. "Eso será lo primero que cambiemos."
notas:
1. la imagen pertenece a quien corresponda.
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Fictober 2020 | Edición Tolkien
FanfictionBueno, en este libro se hallan escritos 31 relatos, uno por cada día del mes de octubre. Todos los personajes le pertenecen a Tolkien y son tomados de su legendarium. ¡Espero sean de su agrado! ✨ El presente libro participó en el concurso Fictober T...