Bueno, en este libro se hallan escritos 31 relatos, uno por cada día del mes de octubre. Todos los personajes le pertenecen a Tolkien y son tomados de su legendarium. ¡Espero sean de su agrado! ✨
El presente libro participó en el concurso Fictober T...
Los únicos momentos en los que se reunían todos era durante las comidas, y podían faltar al desayuno o a la cena, pero nunca al almuerzo. Ese día, Théodred había faltado a los dos primeros, siendo una falta de respeto."¡Alguien vaya a buscar a mi heredero!" Dijo Théoden. "Tiene prohibido faltar..." Recibió una mirada aprobatoria de Gríma.
"Traigan al príncipe." Ordenó Lengua de Serpiente a los guardias.
Éowyn era cercana a su primo, cuando ella iba a ofrecerse para ir por él, su hermano le detuvo. "Yo iré."
Los guardias no se movieron, y Éomer se retiró. Théoden no dijo nada, y aunque Gríma quiso objetar, no lo hizo. Su plan de trasfondo era alejar a los primos entre ellos, entonces aquel ofrecimiento de Éomer le disgustaba, mas no le prohibió proseguir.
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Tocó la puerta del cuarto. "¿Théodred? Desean verte en el comedor."
Nada. Éomer bufó abriendo la puerta. Cuando entró, observó sobre la cama aquel bulto envuelto entre tantas sábanas que era imposible determinar si era una persona o no. Se acercó, analizando el desorden de ropa en el suelo. Cierta prenda llamó su atención.
"Théodred." Escuchó un gruñido bajo las sábanas. "No sabía que usabas calzones de mujer." Dijo seriamente.
El príncipe heredero observó aquella prenda femenina en el suelo. Luego miró a Éomer. "No son míos." Masculló con la voz rasposa.
Éomer levantó una ceja. "¿Ella sigue aquí?" Preguntó murmurando.
"Nunca estuvo aquí." Sentándose sobre la blanda superficie, Théodred reveló su desnudez. "Anoche salí... Regresé tarde." Bostezó.
Eómer arqueó las cejas perturbado. "¿Y te robaste sus calzones?"
"¿Qué...? ¡No!" Bufó cansado. "Debieron de mezclarse con mi ropa cuando me quité de ahí..."
"No entiendo porqué continúas frecuentando esos lugares y metiéndote con esas mujeres." Exhaló molesto.
"Me acuesto con quien quiera, Éomer; mujer o no." Admitió Théodred.
Su primo habló sorprendido. "¡Eso es peor! Imagina que Éowyn, quien te admira mucho, te viera en este estado. O tu padre. ¿Crees que él apreciaría que te metieras con cualquiera?" Resopló con decepción. "Sé que últimamente se ha distanciado de nosotros tres. Lo sé, pero eso no significa que tengas que desviarte del camino, Théodred."
El príncipe heredero sabía que Éomer tenía razón, mas no podía detenerse. La vida de Théodred iba en picada, y el encontrar consuelo en los cuerpos de desconocidos le era reconfortante. Pero sabía que su primo no lo entendería.
"Escucha; es mi vida, Éomer, por más que te preocupes yo hago lo que me plazca, y ahora mismo no deseo pelear contigo..." Murmuró Théodred.
"No, primo, no es que nunca quieras pelear, sino que en lugar de enfrentar tus problemas huyes de ellos." Gruñó.
Éomer salió de la habitación dejando a Théodred ahí solo. Bajó la cabeza y estiró sus largos cabellos marrones. ¿Qué estaba haciendo? Era un adulto a finales de sus treintas, y se estaba comportando como un adolescente. Necesitaba una misión pronto, quizás aquello lo sacaría de sus pensamientos.
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notas: 1. la imagen pertenece a @maric-theirnis en tumblr.
