17. Beso | Celebrían

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Aquella era una mañana atareada, la cual mantenía atado a Elrond a su escritorio dentro de sus salones en Rivendel. Tantos pergaminos que leer, tantos documentos que firmar y mandar; ya no sentía los dedos. Sus asistentes y consejeros no se habían salvado, ya que Lindir y Erestor corrían de un lado a otro estresados.

Por otro lado, bajo la sombra de un pálido árbol, Celebrían yacía sentada en el césped bordando con tranquilidad, mientras tarareaba una canción. La esposa de Elrond denotaba paz en sus acciones, pero sus hijos gemelos, aún demasiado jóvenes, eran todo lo contrario.

Nana!" Sollozó uno de sus hijos al correr hacia ella. "¡Elrohir me golpeó!"

Cuando Celebrían levantó la vista del bordado pudo observar a Elladan al borde de las lágrimas y sus ropas sucias; tierra o lodo, probablemente. Enseguida dejó en el pasto el bastidor que sostenía la tela del bordado junto con la aguja que usaba para el mismo, y poniéndose de pie sostuvo los delgados brazos de su hijo para buscar por heridas o moretones, los cuales se perdían bajo las manchas de tierra.

Nana, no le creas a Elladan!" Gritó el segundo gemelo, llegando junto a su madre. "Él se cayó solo. No le pegué."

Celebrían ladeó la cabeza. Le dio a Elrohir una de esas miradas que toda madre da a los hijos cuando mienten o hacen algo que no debieron. Tras verlos sucios, suspiró con cansancio. Tal vez a Elrond no le había tocado la parte más atareada de la mañana.

Se hallaban en una pequeña habitación que podría denominarse como la enfermería, debido a que contaba con ungüentos, vendas y otros recipientes de índole curativo.

"Ya está, melda." Sonrió cálidamente Celebrían, al terminar de vendar las heridas de sus hijos, quienes se bañaron y vistieron túnicas limpias. La pelea había comenzado por una banalidad, al punto de revolcarse el uno con el otro en un cerro de tierra. Ya ni sabían quién había dado el primer golpe, pero ambos quedaron lastimados y sucios. "No saben lo afortunados que son de ser hermanos. Deberían cuidarse entre ustedes, no golpearse."

Los ojos grises de los gemelos se encontraron y sus gestos cambiaron a unos de arrepentimiento. Elladan acarició las vendas de su brazo, y Elrohir desvió la mirada al suelo.

"Nana, mi brazo aún duele." Murmuró Elladan a su madre.

Delicadamente, Celebrían besó las vendas de su hijo. "¿Y así?"

Elladan esbozó una sonrisa, pero Elrohir frunció el rostro celoso. "¡Nana, mi brazo también duele!" Celebrían sonrió divertida, besando la venda del brazo de Elrohir.

Nana, quiero otro!" Chilló Elladan.

"¿Otro beso?" Celebrían preguntó, y sonrió cuando su hijo asintió con un puchero. Besó la mejilla de Elladan.

"¡¿Me das otro, nana?!" Sollozó Elrohir.

Celebrían reía ante la actitud de sus hijos, demasiado jóvenes, y los sostuvo entre brazos para llenar sus rostros de besos. Al cabo de unos minutos, los gemelos sentían cosquillas y ya no querían ser besados.

 Al cabo de unos minutos, los gemelos sentían cosquillas y ya no querían ser besados

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notas:
1. la imagen pertenece a @silmaspens en tumblr.

Fictober 2020 | Edición TolkienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora