5. Otoño | Bilbo

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En Hobbiton, los paisajes mayormente eran de un vivo color verde, pero en cierta época del año se tornaban de un rojizo abrasador. Las hojas crujían bajo los pies de quien se hallase caminando en los alrededores de los árboles, y se avecinaban unos fuertes vientos que sin embargo eran agradables para algunas criaturas.

"Ya se acercan los últimos días de otoño." Musitó Bilbo con nostalgia.

Dentro de su tan espacioso hogar, el hobbit de cabello canoso se hallaba sentado en frente de su escritorio, donde yacía su libro, el cual planeaba comenzar en algún momento. Se puso de pie con rapidez, que no notó que su sobrino estaba detrás suyo mientras se apoyaba en el marco de la puerta.

"Siempre me he preguntado; ¿qué tienen de especiales estos últimos días, Bilbo?" Preguntó Frodo, cuya presencia entonces fue notada por Bilbo. Los enormes ojos azules del joven hobbit eran terriblemente fascinantes.

"Bueno," Sonrió Bilbo. "¿Recuerdas el libro que te dije que escribiría?"

"Historia de una ida y de una vuelta," Dijo Frodo. "Si no me equivoco ese es el título. ¿Lo has comenzado?"

"Una ida y una vuelta." Repitió el anciano hobbit, con la vista perdida.

Frodo seguía esperando que su tío contestara a sus preguntas, pero parecía que no obtendría respuesta alguna pronto. Arqueó sus cejas extrañado y, desde el límite que marcaba la puerta, sus ojos azules se pasearon por la pequeña habitación; Bilbo seguía de pie en el centro.

"¿Tío?"

"Oh, sí," Bilbo reaccionó. "Digo, no. Todavía no sé cómo empezar este pequeño proyecto, plasmar mi aventura en papel. Ya soy muy viejo, Frodo, de no hacerlo no sé qué haré... Oh, no quiero ni imaginar aquello. Debería comenzar cuanto antes..."

Frodo asintió, como si entendiera los disparates que su tío parloteaba, aunque no entendía mucho.

Bilbo inhaló profundamente. "En fin, son los mejores días de la temporada. ¡Oh! ¿Qué opinas, Frodo? ¿Crees que debería comenzar a planear mi cumpleaños número ciento once?" El anciano hobbit se entusiasmó. Quería hacer tantas cosas a la vez.

Los claros ojos de su sobrino se abrieron en sorpresa. "Sí, supongo. Como gustes, Bilbo." Sonrió.

El hobbit de cabello canoso salió corriendo, con ahínco, de la pequeña habitación, pasando a un costado de su sobrino. Frodo era consciente de la espontaneidad de Bilbo, y aquello le causaba gracia pero en ocasiones le sacaba de quicio.

"¡Espera, tío...!" Siguió al anciano hobbit. "Aún no me explicas por qué estos días son especiales para ti."

"¡Mi historia estará en el libro, Frodo! ¡Cuando la leas, lo entenderás!" Cerró la puerta tras él.

El joven hobbit permaneció unos segundos más ahí, hasta que decidió regresar al pequeño cuarto de su tío. Ya tenía idea de lo que Bilbo escribiría en su libro, debido a todas las maravillosas historias que le contaba a Frodo cuando era un niño, y que le seguía contando a otros niños de Hobbiton. Dio un vistazo a la cubierta carmesí, y sonrió.

 Dio un vistazo a la cubierta carmesí, y sonrió

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notas:
1. la imagen pertenece a quien corresponda.

Fictober 2020 | Edición TolkienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora