11. Futuro | Tuor & Idril

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Los días en Gondolin eran mayormente soleados, pero cuando la lluvia caía los habitantes se limitaban a permanecer dentro de sus hogares. Sin embargo, aquellas gotas no eran silenciosas para el único Hombre en Gondolin, quien por la ventana las veía caer una por una, observando cómo se acumulaban en las fuentes rebosantes de agua.

"Los tiempos oscuros habían quedado atrás... O eso fue lo que creí, porque ahora veo sus sombras." Tuor habló repentinamente, llamando la atención de su esposa. "La lluvia siempre revela lo que enterramos." Tuor murmuró.

"La lluvia arrastra todo lo que se halle en su camino, lavándolo, revelando secretos que muchos creyeron quedaron bien sepultados." Idril Celebrindal levantó la vista del libro.

"Pero, ¿cómo lavar las manchas que quedan en el interior nuestro?" Tuor dirigió la mirada a Idril. "¿Cómo eliminar de la mente lo que sabemos sólo es cuestión de tiempo para que en un futuro nos consuma por completo, dejando solamente voces murmurando lo que la historia negó dejar morir?"

Tuor observó una vez más a las gotas cayendo, escuchándolas. Idril cerró el libro, dejándolo a un costado del taburete donde estaba sentada. "Por más que intentemos evitar que la lluvia haga lo suyo, no podremos hacerlo."

"¿Quieres decir que debemos limitarnos al hecho de que la lluvia siga su curso, sin hacer nada?" Preguntó intrigado, acercándose a su esposa.

"Quiero decir;" Celebrindal sonrió al ponerse de pie y tomar las manos de su esposo entre las suyas. "Aquellas sombras no siempre serán oscuras, los murmullos serán lo único que quedará de nosotros una vez no nos hallemos más en estas viles tierras, y seremos parte de la historia, queramos o no."

Sonriendo, Tuor besó los nudillos de la Elfo, cuyos dorados cabellos danzaron al soltar una ligera risa a causa de las cosquillas que sintió por la castaña barba del Hombre.

"Te doy la razón; formaremos parte de la historia no solamente propia sino ajena, dejando más que nuestras propias acciones y palabras. Dejemos que la lluvia siga su curso, borre nuestras huellas o revele nuestras historias, porque ahora comprendo: el legado no es más que una perla sin importancia... Y el verdadero valor lo he ganado en mi tiempo a tu lado."

Pero Idril iluminó a Tuor con una maravillosa noticia.

"Disfruto nuestro tiempo juntos, mas he de hacerte saber que en un futuro aquella perla a la que no le tomábamos importancia tendrá nombre, y será él quien realice grandes hazañas y proezas dignas de ser honradas. Ya no será trabajo de la lluvia desenpolvar aquellas historias, y viviremos tranquilos pues aquellos murmullos a los que temíamos se convertirán en inolvidables canciones."

Idril llevó las manos de su esposo a su vientre, donde crecía su hijo, y contentos unieron sus labios en un tierno pero duradero beso. Tuor sonrió. "Tus palabras me llenan de calma. Esperaré cada mañana con la esperanza de tu promesa, meleth nín."

Y la lluvia cesó.

Y la lluvia cesó

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notas:
1. la imagen pertenece a @broccolow-k en tumblr.

Fictober 2020 | Edición TolkienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora