10. Chisme | Thranduil

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"Su Alteza," habló Feren, entrando a los salones enormes de su rey. "Ha llegado una carta de parte del Señor Elrond."

Thranduil asintió. "Entrégamela." Feren, obedeciendo, se acercó al rey élfico. Hizo una pequeña reverencia una vez la carta dejó sus manos y pasaron a las de Thranduil. "Puedes retirarte." El Elfo de cabellos marrones salió del salón. El rey, sentado y con su escritorio lleno de documentos, rasgó el papel con una daga para liberar la carta y leerla. Alguien lo interrumpió.

Adar! ¡El Gollum ha...!" Legolas no terminó de hablar, acercándose al escritorio de su padre.

Ion nín! A tiempo has llegado," El rey sonrió. "La carta que tengo en manos es del Señor Elrond, y probablemente nos acabe de contar el chisme de la última vez. Siempre me pregunté en qué habría terminado."

"Sé lo mucho que deseas saber aquello, pero el Gollu..." El príncipe, de nuevo, fue interrumpido.

Thranduil carraspeó la garganta y comenzó a leer. "Thranduil, querido compañero, cuya presencia apenas tolero,..." El rey levantó una ceja incrédulo, releyendo aquella oración mentalmente; tras unos momentos inhaló profundo. "Encantador como siempre, así es Elrond. Leeré esto luego..." Dejó la carta sobre la madera y miró a su hijo, quien seguía con gesto serio. "¿Qué querías decirme, ion?"

"¡Gollum ha escapado!" Exclamó.

El rostro del rey entonces cambió por completo. Thranduil sabía que su hijo no desperdiciaría el tiempo con falacias o banalidades, por lo que decidió que dicha noticia debía ser prioridad y debía llegar a oídos de la Dama Galadriel, el Señor Elrond, y Gandalf.

Legolas montó su caballo. "Adar, ¿no vendrás con nosotros a Imladris?"

"No, ion nín," El rey sonrió. "Es innecesario que vayamos una multitud a Rivendel. Además, no puedo dejar solo a mi pueblo en estos tiempos aciagos. Mi deber está con ellos."

"Si vinieras, podrías chismear con el Señor Elrond." Intentó convencerle.

Thranduil sonrió. "Ahora hay cosas más importantes que el chisme, ion."

El príncipe dirigió débilmente una última mirada a su padre antes de que su caballo comenzara a andar. Legolas, junto con una pequeña compañía de Elfos, partió hacia Rivendel.

De vuelta a su enorme salón de estudio, Thranduil tomó asiento para leer la carta anterior. La desdobló sobre su escritorio, y solo, la leyó en silencio.

Elrond no podía evitar un ligero toque de comedia, pero aquello sólo era para alivianar el verdadero asunto: Sauron había regresado. El ejército de Dol Guldur había incrementado, y le aconsejaba ser cuidadoso en su propio reino. Definitivamente, no era lo que Thranduil quería escuchar.

Él había presenciado el terror de Mordor tres mil años antes, cuando su padre pereció en la guerra. Lo había perdido a él, y ahora temía perder a su hijo; pero era consciente de la fuerza de Legolas. A Thranduil le pesaban los hombros, añoraba los días en que el Bosque Negro fue el Gran Bosque Verde, mas algo extraño despertó en él.

Una nueva era se avecinaba.

Una nueva era se avecinaba

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notas:
1. el gif pertenece a quien corresponda.

Fictober 2020 | Edición TolkienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora