Capítulo 9

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Paul oyó golpes. No el ruido normal de la música. Ni siquiera el ruido normal de un martillo. Aquello eran golpes ocasionales. No se oía nada durante un rato y luego se oía un trastazo apagado. Algo pesado dejado en la alfombra.

Tumb.

Apretó los ojos como si pudiese cerrarlos más de lo que ya estaban y luego intentó enterrar la cabeza en el sofá para hacer parar el ruido.

«El sofá. Vale», estaba en un sofá. El sofá de Chloe.

Le dolía la cabeza. ¿Quizá el ruido estaba sólo en su cabeza? No. Ahí venía de nuevo.

TUMB.

Esta vez fue lo bastante cerca de donde estaba que sintió las vibraciones. Algún condenado idiota estaba soltando cosas pesadas en el suelo.

«¿Bolas de bolos, quizá?», no quería saberlo.

Oyó que se abría una puerta. Ruido del tráfico afuera. Personas hablando en susurros. ¿Por qué susurraban si no parecía importarles hacer esos ruidos horribles? ¿Pisadas sobre la alfombra? ¿O lo estaba imaginando...?

TUMB

... no, ahí estaba de nuevo.

Obviamente no le iban a dejar volver a dormir. Se permitió espabilarse para ser más consciente de su situación. Estaba en el sofá de la casa de Chloe. Vale. Había estado aquí con Chloe; quien, que él supiera, se había ido. Sí. La recordaba marchándose. Un rápido beso en la frente cuando se fue tambaleante a dormir. Alguien le había echado a él una manta encima, lo cual era bueno porque acababa de percatarse de que no llevaba pantalones. Aún llevaba puesta la camisa y los calcetines, pero que le condenaran si sabía a dónde habían ido a parar sus pantalones y su ropa interior.

Tuvo una tenue imagen de haber estado medio dormido, muy borracho y quejarse sonoramente de tener calor o estar incómodo. Algo de eso. Tanteó con el pie y encontró lo que pensaba que podría ser unos vaqueros, hechos una bola y embutidos entre los cojines del sofá.

«Eso esta bien.»

Asumiendo que no fuesen los de Chloe. No. Ella se habría llevado su ropa. Incluso la había estado vistiendo. Ella llevaba la ropa y su ropa era una falda. Probablemente eran suyos.

«Bien.»

TUMB.

«Ok, no han terminado de soltar bolas de bolos todavía.»

¿Por qué necesitarían tantas malditas bolas de bolos?

«¡Joder! Por supuesto, podría ser otra cosa además de bolas de bolos.»

Tenía que abrir los ojos para saberlo con seguridad.

TUMB.

«Vale, vale», captó el mensaje.

Paul entornó los ojos hacia la luz. Sentía las lentillas pegajosas. Normalmente se las quitaba antes de ir a dormir. Tuvo que frotarse con cuidado los ojos durante un momento antes de que algo se enfocara en realidad. Emitió el bostezo del hombre que despierta mientras se estiraba y frotaba los ojos, para que todo el mundo supiese que estaba despierto y no necesariamente complacido por ello. Alguien se estaba acercando hacia él.

Era Chloe.

Levantó la vista hacia ella y sonrió avergonzado. —"Debo de haberme desmayado," - dijo él. —"Perdón."

—"Tranquilo. Eres bienvenido al sofá en cualquier momento." - llevaba pantalones negros recortados a la altura de la rodilla y un top blanco de tirantes con sujetador negro. Paul sintió un familiar estremecimiento ahí abajo.

Geek Mafia - Trilogía Geek Mafia 1 de Rick DakanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora