Capítulo 40

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Como es a menudo el caso con los hombres después del orgasmo, Paul empezó a tener dudas.

 Las ventanas del coche estaban todas empañadas y ambos sudaban mientras hurgaban por los rincones buscando la ropa para volver a vestirse. Chloe estaba hablando sobre dónde podían ir a continuación y cómo iban a tener que conseguir nuevos documentos de identidad. Paul apenas escuchaba mientras todos sus problemas le inundaban de nuevo. No quería un nuevo documento de identidad. No quería vivir en un barco con la tripulación de Winston (asumiendo que el viejo hippie aún siguiera vivo). Por otro lado, no tenía ideas mejores. Ojalá hubiese algún otro modo de salir adelante por ellos mismos.

Y ese pensamiento le sorprendió. Estaba pensando en términos de nosotros, no de yo.

Cualquier cosa que fuese a pasar a continuación, sabía que quería pasarla con Chloe. A pesar de todas las dudas poscoitales sobre su futuro inmediato, no tenía duda alguna sobre lo que sentía por ella. No cabía duda de que fuese cual fuese el siguiente paso, el mismo implicaba a los dos juntos. 

Paul la miró sentada en el asiento del pasajero mientras ella se ponía los pantalones y le detallaba los encantos de San Diego como buena opción de escondite durante el invierno.

Él extendió una mano y le puso un dedo en los labios. Ella le miró con curiosidad.

—"Te amo, Chloe," - dijo él con el corazón en la garganta.

—"Yo también te amo, Paul," - le respondió sin un segundo de pausa, como si fuese la cosa más obvia del mundo. Como si él fuese un imbécil por haber pensado siquiera lo contrario.

—"¿Me amas?" - le preguntó él.

Ella rió y le besó. Luego le besó de nuevo, con más fuerza. —"Por supuesto que sí, ¿no sabías eso? ¿Por qué sino haría yo todo esto?"

Él no sabía si lo habría sabido o no. Pero ahora…

Ahora el teléfono de Chloe estaba sonando.

Ambos miraron sorprendidos al teléfono, que había caído al suelo del asiento de atrás. Chloe se inclinó y lo recogió, miró a la pantalla. Lo único que decía era Número Privado, Número Privado significaba que probablemente era un televendedor o un miembro de la Tripulación. Ella lo observó sonar durante un momento antes de decidir responder por fin.

—"¿Hola?" - preguntó. Paul no podía oír voz al otro extremo. —"¿Abeja?" - dijo ella con asombro. —"¿Dónde estás? ¿Estás bien?"

Paul observó cómo la cara de Chloe cambiaba de la sorpresa a la preocupación y hasta una intensa resolución y concentración.

—"No sé nada de eso," - dijo ella. Una larga pausa.. —"Vale, vale, confio en ti. Sabes que confío." - otra larga pausa. —"Sí, ya, de acuerdo. Sí, conozco el lugar. Te veo luego."

—"¿Abeja está bien?" - preguntó Paul.

—"Eso creo," - dijo ella. —"Pero dice que necesita ayuda. Quiere que nos reunamos con ella."

—"Oh, Cristo," - dijo Paul. —"Eso no suena a una jodida buena idea."

—"No," - coincidió Chloe, —"No lo hace. Pero tenemos que ir."

—"¿Y si está de parte Raff?"

—"No lo está," - insistió Chloe. —"No está con Raff."

—"¿Estás segura?"

—"No," - dijo ella, su voz apenas era murmullo.

—"¿Tienes un plan?"

—"No."

Geek Mafia - Trilogía Geek Mafia 1 de Rick DakanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora