Capítulo 17

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Cuando volvieron a casa de Chloe, no hubo modo de encontrar una plaza de aparcamiento. El lugar parecía lleno hasta los cimientos de miembros de la Tripulación, pero no había ninguna fiesta en marcha.

Paul y Chloe abrieron la puerta y entraron al caos.

Abeja estaba allí en el salón montando una red de varios ordenadores conectados por un grueso cable con la sala del servidor.

—"Hey, Chloe, Paul," - fue todo lo que se tomó el tiempo de decir antes de volver a su trabajo.

—"Parece que he llegado justo a tiempo," - dijo Chloe a nadie en particular. Le entregó a Paul su mochila y le dijo: —"Paul, ¿puedes poner esto en mi dormitorio. Bien podrías deshacer tu propio equipaje allí dentro también, la Tripulación parece haber co-ocupado tu sofá."

—"Claro," - dijo Paul, un poco encrespado por que le dijeran lo que tenía que hacer, pero feliz de dar el salto del sofá hasta el dormitorio de Chloe. —"¿Qué está pasando?"

—"Es la pequeña hazaña de Raff. Ya no parece tan pequeña." - le dijo Chloe a Paul tanto como a sí misma antes de girarse hacia la cocina y gritar, —"¿Dónde está Raff?"

—"Está en el garaje," - dijo Abeja.

Chloe recorrió todo el salón hasta la parte de atrás de la casa. Paul la siguió hasta la puerta del garaje, pero Chloe la abrió y cerró detrás de ella antes de que él pudiese captar una palabra o echar un vistazo.

Fue a la habitación de Chloe y dejó sus bolsas. Le dirían lo que estaba pasando eventualmente y ahora mismo se sentía frío y pegajoso, y decidió que probablemente debería ducharse antes de sentarse siquiera en la cama de sábanas blancas de Chloe. Ella tenía su propio cuarto de baño, lo cual era un bonito lujo en esta atestada casa. Paul se desnudó y se dio una ducha, confiando en que Chloe pudiese decidir unirse.

Resultó que Paul no volvió a ver a Chloe ese día.

Para cuando Paul salió del dormitorio, ella había ido a alguna parte, aunque ninguno de la docena de miembros de la tripulación parecía saber dónde (o, más probablemente, no estaban dispuestos a decírselo).

Abeja le interceptó cuando él trató de entrar en el garaje, diciendo que no le estaba permitido entrar ahí ahora mismo, lo mismo para la Sala del Servidor. Había recorrido el resto de la casa, pero nadie tenía tiempo para hablar con él.

Se hizo un sandwich de pavo y observó el ajetreo y actividad que giraba a su alrededor. Desde su posición, sólo podía ver el perímetro de la operación y siquiera empezaba a sospechar lo que estaban haciendo.

Abeja se tomó un pequeño tiempo para sentarse con él mientras ella se metía cucharadas de tallarines Ramen en la boca.

—"¿Cómo fue vuestro viaje?" - le preguntó ella.

—"Bien. Muy divertido."

—"Genial."

—"¿Qué está pasando aquí?" - le preguntó él.

—"No mucho," - respondió ella. —"¿Qué hicisteis en el viaje?"

—"No mucho, en realidad," - fue todo en lo que pudo pensar decir.

Aunque ella pilló el mensaje. Todos aquí tenían secretos y había que respetar esos límites y no hacer preguntas que sabías que la gente no quería responder. Terminaron de comer en silencio.

 —"Deberías ir al cine a ver una película o algo así," - dijo Abeja mientras enjuagaba su cuenco en el fregadero. —"No va a haber nada emocionante o divertido por aquí esta noche."

Geek Mafia - Trilogía Geek Mafia 1 de Rick DakanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora