🌹Free de la hoya 🌹

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Amor por psicología...



Las salas tan blancas como las mismas nubes, y tan limpio como si se tratara de una zona muy extravagante.

El olor era como entrar a un centro comercial, era olor a nuevo.

Las personas alrededor se clasificaban en dos: paciente y doctor.

Así era el caso de (  ) (  ) que sufría de una horrible depresión, ya había pasado por más de 10 intentos de homicidios en un mes.

Era claro que no deseaba vivir, y siempre existe un motivo que haga detonar aquel sentimiento negativo.

Muchos de los psicólogos que habitaban en ese hospital se habían dado por vencido con el caso de es chica.

Ya que no importaba el método el resultado siempre era el mismo.

"Deseaba suicidarse a toda costa"

Los meses pasaron y parecía que el sueño más anhelado por aquella adolescente por fin se haría realidad, pero sin previo aviso nuevamente sus esperanzas de matarse a ella misma se fueron a la basura.

Y quién había provocado todo eso era aquel psicólogo de cabellera rubia.

Free de la  hoya...

Ese era su nombre, en un principio comenzó a odiarlo por no dejarla en paz. Gracias a él tenía que ir diariamente a las insoportables citas, o dicho de otra forma a tratar de hablar sobre sus problemas.

Pero como ya se imaginarán aquella chica de cabello (   ) se negaba a tratar de resolver sus problemas, simplemente deseaba irse y no volver jamás.

Ahora mismo se dirigía al consultorio del apellidado de la hoya, para tratar de hablar con ella. Sin embargo una conversación es aquel acto donde ambos intercambian ideas, pero aquí el solo era quien hablaba.

Estabas parada enfrente de la puerta de su consultorio, soltaste un pesado suspiro , tocaste y esperaste a que el hombre diera el permiso para que pudieras pasar.





Hola (   ), ¿Cómo has estado?— pregunto el del mechón rojizo mientras revisaba algunos papeles.—

Igual que ayer.— respondiste de forma fría.

Ya veo, toma asiento por favor.— señaló aquel sillón rojizo , lo miraste fastidiada y te sentaste , querías terminar con esto lo más antes posible.—

Pierde su tiempo ¿Lo sabe verdad?— hablaste mientras lo seguías con la mirada, como respuesta obtuviste una sonrisa pero no le tomaste importancia.—

También lo pierdes tu al querer terminar con tu vida.— aquellas palabras te hicieron reaccionar , había dado justo en el clavo de tu problema.—

¿Y qué con eso? , Miles de personas mueren y otras nacen, no hay mucha diferencia.— desviaste tu mirada desinteresada.—

Muchas sufren cuando pierden a alguien valioso, e incluso se sienten culpables de ello. ¿ Te ha pasado alguna vez?— dijo cruzado de brazos lanzándote una mirada gentil.—

Un amigo.— susurraste para que no pudiera escucharte, pero de igual forma logró oírlo.

¿Qué hay con él?— por fin consiguió hacer que hablaras de tu pasado, bien valió la pena investigar toda la noche.—

Era ciego y solía cuidarlo, pero sus padres decidieron hacerle una operación para que recobrará su vista.— tu mirada comenzaba a tornarse nublada.—

Sin embargo, había un efecto secundario y eso era la pérdida de memoria.— lágrimas comenzaron a inundar tus ojos, y poco a poco se deslizaban sobre tus mejillas.—

¿Te olvidó no es así?— dijo el de ojos negros, quien miraba toda la escena.—

Mi familia se encargó de separarnos a él y a mí, para que mi hermana pudiera desposarse con él,  Lo que no imaginé fue que funcionaría.— no pudistes más y rompiste en llanto, una enorme oleada de recuerdos se hacían presentes en tu cabeza.—

Así que planeas terminar con tu vida, porque sin él no tiene sentido seguir viviendo.— se puso de pie y te abrazó, eso te sorprendió por completo hace tiempo que no recibías un abrazo tan sincero como ese.—

Eres una idiota.— susurró con voz ronca, diste un pequeño saltito por la impresión de escucharlo decir aquella palabras.—

Hay más peces en el mar, y más guapos.— dijo de forma divertida.—


...



Desde esa vez algo cambió en ti, ya no te sentías como basura, no tenías es sensación de tomar un cuchillo y cortarte las venas.

Ese hombre había tocado una parte de ti que no habías vuelto a sentir desde aquella vez que estuviste cerca de aquel hombre que tanto te hizo sufrir.

De hecho ahora más que una consulta era una cita amorosa en la cual ambos hablaban de diversos temas, lo que más te enamoraba de él era su forma de ver los problemas, tal vez tendría que ver con qué el era un psicólogo  o tal vez no, fuera lo que fuera te hacía sentir mejor contigo misma.



Oye mujer suicida.— te llamó burlesco.—

No me llamas así.— inflaste tus mejillas y le dedicaste un adorable puchero.—

¿Cuál es el valor de π?— preguntó de la nada .—

Ignorante, es 3.1416...— respondiste algo confusa, él tenía todo un doctorado en psicología pero era incapaz de resolver algo tan sencillo, había algo sospechoso aquí.—

Ah, ok, solo quería saber, ¿Quieres ser mi novia?— preguntó sin pena alguna.—

Deberías estudiar matemáticas...— te callaste por unos segundos para procesar lo que había dicho.— n-novia?— volviste a pronunciar esa palabra pero esta vez con un sonrojo.—

Eres lenta.— tomo tus mejillas y sin aviso alguno te besó.—

Era un beso amoroso, cálido, y algo apasionado . Lo que más te sorprendía era que tú primer beso te lo había dado un hombre de 23 años, tu sólo tenías 16 años así que te sentías algo extraña.

Al separarse lo miraste con ojos de cachorro, y sin saber porque comenzaste a llorar y por instinto lo abrazaste.


Me darás muchos hijos.— sonrió victorioso aquel rubio, por fin consiguió lo que tanto quería una Loli para el sólo (ok no), un amor sincero y único.—

¿Qué cosa? :v— te sobresaltaste al oír eso, éste tipo era muy impredecible.—

one shots Beyblade burstDonde viven las historias. Descúbrelo ahora