[ XXIII ]

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—Marinette—

Sentía que cada paso que daba era una pequeña nube que me elevaba hasta el cielo.

Tenía un cúmulo de emociones regadas en mi que me era imposible salir de esa hermosa e increíble sensación. El simple hecho de pasar el rato con Adrien, lo compensaba demasiado, inclusive me hacía salir de mi vida cotidiana ya que cada día con él era distinto.

Desde aquella vez que me llevó a ese hermoso sitio en el bosque, mi vida había cambiado demasiado. Era claro que yo no estaba parte del día ya que iba a la mansión Tsurugi a hacer mi trabajo pero cuando regresaba, era la hora que más ansiaba ya que era el único momento en que podía verlo.

Él me había enseñado demasiadas cosas además de disfrutar su compañía. Simplemente nos perdíamos entre platicas y hacían ese momento mágico.

El amor era como mi madre me lo había dicho aquella vez que le pedí me explicara, el estar al lado de Adrien me daban paz y alegría pero sobre todo, hacia que me abriera más a mis sentimientos ya que siempre había sido aquella chica dura por fuera pero sobre todo tímida por dentro. Pero él me había enseñado a relajarme

Hacia que las cosas fluyeran de una manera tranquila y sin complicaciones.

No era como Belmont o como los otros hombres que llegue a conocer, no hacia cosas a la fuerza o no me incomodaba el estar a su lado.

Ellos no le llegaban ni a los talones a Adrien.

—¿Marinette estas escuchando?— Abrí mis ojos al oír hablar a Ivonne. —No lo hacías ¿verdad? ¿En donde tienes la cabeza ahora?—Soltó eso último con una traviesa sonrisa en su rostro.

—Yo... Lo siento ¿Qué decías?—Me encogí de hombros por la forma en que estaba haciendo las cosas.

—Te decía que querían que limpiaramos las cortinas, pero veo que no estas poniendo atención ¿Qué te trae así?.

—Tranquila, no es nada—Me dirigí hasta una pequeña habitación, donde tenían guardada las cosas que utilizabamos para limpiar.

Ella me siguió hasta llegar ahí adentro pero al girar me di cuenta de que me observaba con una cara burlona y con sus brazos cruzados.

—¿Sucede algo Ivonne?—Pregunté algo dudosa por su rostro.

—Algo te trae así de distraída ¿Qué es?— Insistió.

Rodé mis ojos por su forma de ser, pero aún así no dude en sonreírle, camine y pase por su lado y ella me seguía del mismo modo hasta que escuche que se detenía y soltaba una pequeña risa, de imendiato me gire por su acción.

—No me lo creo—Se llevó sus manos a sus labios— Estas enamorada.

Abrí mis ojos por su extraña manera de descubrir las cosas, aunque yo aún no pudiese admitirlo parecía que mis acciones me delataban.

—¿Q-que? Claro que no, no es eso—Trate de librarme de ella pero aún me seguía desde muy cerca.

—¿Cómo es él? ¿Es lindo? ¿Romántico?.

Quice ignorarla pero eso solo empeoraba más las cosas ya que Ivonne seguía especulando a saber que más cosas sobre Adrien.

—Vamos Marinette, soy tu amiga—Me suplico haciendo una pequeña rabieta.

Y eso solo hacia que la emoción se acumulara en mi pecho, seguí con mi trabajo y ella hacia que solo me pusiera nerviosa de tanta palabrería.

No estaba acostumbrada a contar mis cosas personales además de que el tema sobre Adrien hacía que me sonrojara al hablar de él. Claro que no me avergonzaba de lo poco que teníamos, al contrario, pero mi forma de ser y sobre todo el no saber como era nuestra relación me inquietaba un poco como para poder comentarlo con alguien que no lo conociera a él.

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