—Marinette—
—Por última vez ¿¡Qué es lo que hacías ahi!?.
—¡Ya le dije que nada!—Grite sin importarme la autoridad que el tenía.
No era el rey, el había mandado a uno de sus guardias a interrogarme dejándome a solas en una habitación que parecía un estudio. Podía notarlo por la infinidad de libros que se encontraban apilados en el suelo y los estantes que estaban a mis espaldas junto con un escritorio.
Era la misma pregunta, una y otra vez sin dejarme descansar de lo mismo.
Haciéndome explotar esta vez, sabía que no debía faltar le al respeto a ninguno de ellos pero no dejaria que me estuvieran gritando, de otro modo no podria salir de aqui, tenía que hacer creíble el que yo no tenia nada que ver con Adrien para que no dieran con él.
Ni siquiera yo sabía donde estaba pero era claro que si se enteraban de nuestra relación, me usarían para atraerlo y no estaba dispuesta a hacerlo.
Además me sentía horrible en aquellos momentos como para contestar a su misma pregunta, todo el pueblo me vio siguiéndolos y no quería suponer que mi madre lo hubiera hecho pero lo más probable era que el rumor ya se había esparcido por todo París.
—Mira niñita, no estoy de humor para estos juegos— Camino a mi alrededor como un lobo esperando atacar a su presa, observándome con ira—Nadie se atrevería a poner un pie en el bosque sin ningún motivo, mucho menos una mujer ¿Qué razón tenías para andar por esos rumbos? ¡Estabas a unos metros de la casa del bandido Chat Noir! ¿Qué hacías ahí?.
—Me dirigía a mi trabajo ¿Ahora eso es un crimen?.
—Pero tu no vives en esa zona—Sonrió mostrándome sus dientes—¿Para que pasar por ese lugar, en especial por esa cabaña?.
—No tengo por que darle explicaciones de mi vida.
—¡Suficiente!.
Una tercera voz nos hizo mirar a las espaldas del guardia, una voz que hizo que toda mi piel se estremeciera.
Pero aún así, trate de mantenerme segura en mi sitio, si quería engañarlos, debía mostrar seguridad y eso iba a hacer.
—Salga ahora soldado.
Este me miró dándome una última ojeada de desprecio, se giro y camino directamente al rey saliendo por el mismo lugar por donde habiamos entrado.
—Veo que no cooperara.
—Con todo respeto señor, ¿Por qué hacerlo? Me están interrogando como si fuera la más buscada aquí.
Él sonrío comenzando a caminar, quedando justo frente a mi observándome directamente a los ojos.
Sabía que quería encontrar la más mínima inseguridad en mi, pero no lo conseguiría, no si la vida de Adrien dependía de eso.
—Mis disculpas—Dijo, más sabia que no lo decía enserió—Se que no son formas de tratar a una dama, pero es necesario hablar con usted por la situación en la que se le encontró.
—Ya les dije que no se nada, simplemente pasaba por el lugar.
—¿Momento y lugar equivocado?—Negó con su cabeza—Es más difícil pensarlo y aceptarlo por las circunstancias.
Suspire, no diría nada más.
Debía escucharlo y aparentar que no sabía nada frente a él, solo así, quizá me ganaría la libertad que tanto estaba esperando desde que me ataron y exhibiron delante de todos.
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Amor y Destrucción
Fiksi Penggemar-Adrien lleva ocultando un gran secreto a la sociedad que espera que nadie lo descubra, trata de vivir como una persona común y corriente entre la gente de París.- -Marinette, es una joven bibliotecaria que trata de ayudar a su madre en cualquier ga...