solangelo: conozco a mis suegros

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Nico

El azabache estaba viendo como su novio caminaba a un lado y al otro por su nerviosismo a lo que el italiano ya se estaba hartando de ver al rubio de aquí pa ya.

—¡¿Te puedes quedar quieto?!—dijo cogiendo de los hombres al de ojos azules.

—lo siento, voy a conocer en persona a tus padres, ¡¿como quieres que no me ponga nervioso?!—dijo exaltado.

—yo también voy a conocer a tu madre en persona y no estoy armando un escándalo por eso—dije cruzando los brazos.

—es diferentes, tu te llevas bien con mi padre y mi madre lo más grande que puede hacer si no le agradas es decírmelo y ya—dijo Will mirándome.

—oye, le caerás bien a mis padres, o al menos eso creo—susure lo último para no preocupar al hijo de Apolo.

Por fin se hizo la hora de la "reunión" y entramos a ese restaurante cinco estrellas.

Al entrar nos guiaron a una mesa un poco apartada de las demas y al frente de un ventanal que daba a un jardín.

En ella estaba una mujer rubia de ojos azules, y a su lado estaba el dios del sol, al otro lado de la mesa estaba mi padre y mi madrastra.

Nos sentamos en las dos sillas que estaban desocupada.

—h-hola s-señor Hades y señora Perséfone—dijo Will tartamudeando.

—¿asi que tu eres el novio de mi hijo?—dijo mi padre inspeccionando a Will.

No presté atención a mi padre, la señora Solace se me presento.

—tu debes ser Nico ¿Verdad?—dijo la rubia.

—si señora—dije estrellando su mano.

—porfavor dime Naomi cariño—dijo sonriendo.

Paso el tiempo y pedimos de comer, paso el tiempo entre platicas, Will después de un rato se calmo y hablaba mas fluido.

Una niña rubia de repente se acerco a Perséfone.

—ested es muy hermosa señora, ¡Asta parece una diosa!—dijo la niña con una hermosa sonrisa.

Perséfone sonrió y cargo en su pierna a la niña y le susurro algo a su oído.

—¡¿Enserio?!—dijo asombrada la pequeña rubia a lo que Perséfone asintió.

Rika

Estábamos en un restaurante cinco estrellas con mi familia, ¿La razón? El cumpleaños de mi hermanita Livia, que hablando de ella no esta en su asiento.

—papá Livia no esta en su asiento—dije preocupada.

—¿Y por que no vas a buscarla?—dijo mi padre desde atrás de la pantalla de su celular.

Pase la mirada en los miembros que estaban en la mesa, todos estaban en sus celulares, suspire y fui a buscar a mi hermana.

La encontré en otra mesa más apartada con una familia que parecían dioses griegos, estaba en la pierna de una mujer con una corona de flores que la antes mencionada le dio.

—¡Livia gracias a los dioses!—dije acercándome a la mesa.

—de nada—dijo un hombre rubio resolviendo un golpe de parte de una mujer de igual tono de pelo.

—lo siento si mi hermanita les provocó un tipo de problema—dije viendo extrañada al hombre rubio para luego mirarlos a todos.

—oh no tienes que disculparte, tu hermana es una ternuritá—dijo la rubia al lado de un chico igual a ella, seguramente su hijo.

mortales conocen semidiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora