Esperanza
Estaba con mi hermana Rosa comprando algunas cosas para la cena familiar de esta noche.
Después de comprar los víveres fuimos a una cafetería porque Rosa quería llevar unos postres.
Mientras mi hermana elegía quisquillosa mente y a un hombre apartado tratando de arreglar lo que parecía un pequeño robot.
Me interese al instante, ya que, yo arreglaba los carros de mi hermanito Julián.
Me acerqué para ver si necesitaba ayuda con su proyecto.
Estuve unos segundos viéndolo trabajar, y en poco tiempo descubrí lo que pasaba con el robot.
—nesecita una tuerca aquí— dije señalando una parte del pecho.
El hombre se sorprendió, seguro asuste al pobre.
Era de piel morena, una cara alargada, después de eso no me fije en nada más, no importa al fin y al cabo.
El hombre reviso el lugar que le señale y inserto la susodicha pieza.
—gracias señorita— dijo sonriendóme.
—de nada, soy Esperanza Valdez por cierto— dije ofreciendo mi mano.
—mucho justo conócete— dijo resolviendo mi mano.
En esos momentos mi hermana vino a mi lado, un poco molesta la verdad.
—¿Que pasa?— pregunte viéndola, ella veía de mala manera al hombre lo que me pareció muy descortés de su parte.
—no tenían el postre que buscaba— dijo volteandomé a mirar.
No tuve tiempo de despedirme del hombre ya que Rosa me galo hacía afuera.
—por lo menos me hubiaras dejado despedirme— dije cruzando mis brazos.
Ella no dijo nada y regresamos a casa en silencio.
Cuando abrimos la puerta Julián se abalanzó a mis pies abrazandolós mientras reía.
—hola pequeñín— dije acariciando su cabello.
Rosa y yo fuimos a la cocina a ayudar a mamá con la cena.
Al entrar estaba nuestra tía Hazel con nuestra prima Sofía ayudando a mamá.
—hola ma— dije dándole un beso en la mejilla.
Deje mi bolsa en el mesón para comenzar a ayudar.
—¿donde esta el abuelo?— pregunte ya que no lo vi en la sala.
—el y mamá no pudieron venir— dijo la tía Hazel cortando unas verduras.
Me sentí un poco triste, yo y el abuelo teníamos un vínculo especial, de pequeña me contaba historias de el y su amiga cuando eran jóvenes.
Paso un rato, ya casi estábamos terminando cuando un grito de Julián se escucho desde a puerta.
—¡¡Esperanza hay algo para ti!!— todas las que estábamos en la cocina nos miramos.
Salí a la puerta, era verdad, había un arreglo de flores con la etiqueta de "florería de Perséfone, llame a el xxxxxxx" y un oso blanco.
Al cojerló aprete un poco su pecho y empezó a cantar y a brillar.
—wow— dijo mi familia a tras mía.
—algien tiene un admirador secreto~— dijo mi prima.
Rosa miraba disgustada el regalo, estaba un poco ¿Celosa?, Su novio (y futuro esposo) nunca le llevaba esa clase de regalos.
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mortales conocen semidioses
Fanfictionlos mortales interviniendo en nuestras parejas favoritas favoritas, sin niebla. -percabeth -jasper -frazel -caleo -solangelo etc Y también otros personajes como los dioses, cazadoras etc.