Solangelo:Intrusas en la pijamada.

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Yumi.

Me llamo Yumi Yoon Gi, tengo 15 años y con mi hermana Mika estábamos siguiendo por ordenes de nuestra amiga Renata a un grupo de chicas y chicos, que por casualidad entre ellos estaba el chico que la loca de Renata estaba acosando.

El grupo se metió en una zona verde de Manhattan al lado de una gran piedra.

—*bosteza*—con el bostezo hice un poco de ruido ganandóme una mala mirada de Renata, no podía culparme ¡¿Que hacíamos en las zonas verdes en Manhattan en plena noche?!.

De repente el chico con rasgos italianos saco un teléfono, por la oscuridad no se apreciaba que marca era, y puso una melodia de flauta, no se si fue por el cansancio pero vi como la piedra se partía en dos dejando una entrada por la que el grupo paso.

Renata no perdió el tiempo y nos galo asia la entrada, todo era muy tenebroso, ¡¿Eso era un cráneo?!.

Mi hermana y yo nos mantuvimos cogidas de las manos, vimos como el grupo se montaba a un barco, cuando el chico y una chica morena se iban a subir el hombre que manejaba el barco hizo una especie de reverencia para luego ayudarlos a subir.

—a sus órdenes mi príncipe y princesa—es lo que pudimos escuchar.

Espera ¡¿Que acabo de escuchar?!, A mi hermana le sorprendió lo dicho igual a mi, pero a Renata solo sonrió con suficiente.

—¿Porque sonríes?—prejunto mi hermana.

—por que cuando me casa con di Ángelo me nombrarán princesa—dijo con un tono egocéntrico, unos Gruñidos de perro atrás nuestro nos alerto.

Cuando nos volteamos no topamos con una chica no más de 20 años más o menos, lo nos asombro más era su piel, sabía muy bien ese síndrome, era vitíligo, hacia que la piel tuviera las dos tonalidades por falta de pigmento o algo así, en realidad se apreciaba con una hermosura inigualable con esa piel.

La chica me miro y sonrió.

—me presento soy Melínoe diosa de los fantasmas, y ahora les pregunto ¡¿Que asen unas simples mortales en el territorio de mi padre?!—al final utilizo un tono siniestro, aparecieron dos cachorros de perro, uno negro y uno blanco, no parecían imponentes pero algo me decía que no tentará a la suerte.

Nos recorrió un escalofrío, Renata se aclaro la garganta y dio un paso al frente.

—lo siento su señoría, pero somos amigas del príncipe y la princesa—dijo con una leve reverencia fingida.

—¿ah si?—dijo la chica dando pasos al rededor nuestro.

—que raro, ellos nunca mencionaron a tres mortales y no esque mis pequeños hermanos tengan muchos amigos mortales, el por que casi no los soporta y ella por que no se le da bien la amistad con ellos—dijo parando de golpe mirado dignamente a Renata.

De repente dos siluetas se colaron a la conversación, una era chica con un vestido blanco hermoso, y un chico pelinegro y con ojos más negros que la obsidiana.

—¿Que está pasando aquí?—dijo la nueva chica.

—estas mortales dicen ser amigas de nuestros hermanos—dijo ella acercándose a las dos personas.

—wow ¡Eso es nuevo!—dijo el chico sacando una libreta de la nada apuntando algo en ella.

—creo que estas se llevan el puesto uno de los mortales que molestan a Nico y Hazel—dijo la chica de vestido blanco mirando de puntillas sobre el hombro de su hermano.

—¡oh!, Apuesto a que una de ustedes es una psicópata y esta obsesionada con nuestro Nikkis—dijo con una extraña alegría el chico.

Mi hermana y yo miramos a Renata.

mortales conocen semidiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora