¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Capítulo XII: Las Voces que se Alzan
El inmenso azul en movimiento de Oceanside, los llenó de paz y relajación.
Ambos descalzos, percibieron la inmensidad del mar cuando el suave impacto de la espuma de una pequeña ola tocó sus pies. Sintieron la bruma salada que impregnaba el ambiente y la rompiente del agua al estrellarse contra las piedras, salpicandolos como una efímera lluvia que provocó suaves risas en los presentes.
—Bueno, — Neferet abrazó sus rodillas, y miró a su hijo al lado. — nuestra "gran aventura" se resumió en pescar y esperar la llamada de Michonne y tu tío Carl.—
—Pero fue bueno.—rescató el ojiazul.
La pelinaranja sonrió mirando la danza de las olas y cerró sus ojos ante otra rompiente que llenó su cuerpo de pequeñas gotas.
—Si, fue bueno...— correspondió y ambos suspiraron al unísono.— Pareció más bien... Unas cortas vacaciones.—
—Relajantes.— definió, mirando sus rodillas, pues se encontraba de igual manera sentado que su madre.— Ma...—
—¿Qué ocurre?— lo miró.
—¿Qué haremos cuando volvamos?—
—Sabes que siempre trato de darte respuestas. Pero no tengo una para esa pregunta...— juntó sus hombros.
—¿Y qué haremos con ese... señor?—
Neferet rió divertida, sabiendo que el niño convocaba su enojo de esa manera.
—¿Con papá?— mencionó con una sonrisa, burlándose de él.— No odies a tu padre, Nilo. El asunto es conmigo. —trató con calma.
—Pero somos un equipo.— insistió, ofendido.
—Lo sé. Sin embargo... Tendrás que hacer una excepción. Daryl te ama, Nilo. Y tienes suerte de tenerlo. Yo no tuve un padre y, por parte de tu papá... Bueno, el tipo era un desgraciado. No es nada que tú no sepas, y eso incluye, el cariño que Daryl tiene por ti.—
—Sí, pero... También te ama a ti, ¿O no?—
La pelinaranja volteó la vista al mar rápidamente, sintiendo que sus ojos comenzaban a humedecerse.
—¿Sabes?— trató de reír, ya que, en esos pacíficos momentos, llorar era lo último que le apetecía.— Eso fue como si tuviera una llaga y tú acabaras de echarle limón. — bromeó ocultando su dolor.— Y no lo sé, Nilo. El amor a veces se apaga o no funciona. No siempre es como uno quiere. Claro que no me refiero al que Daryl siente por ti, sino, por mi. Yo aún me siento exactamente igual que antes, incluso antes de que nacieras. —alzó sus hombros, sin temor a admitirlo.— Yo sigo enamorada de él.—
