Capítulo 9.A

766 59 24
                                    

Capítulo IX: 🔞Fantasmas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo IX: 🔞
Fantasmas

Dos meses atrás...

—Paul Rovia...—canturreó Neferet, frente a la radio.—Tercera vez que me llamas en la semana.—

—¿Desde cuando soy "Paul Rovia"?—cuestionó él, desde el otro lado de la línea.

—Digamos...—vaciló frente al micrófono.—¿Desde que tu madre escogió tu nombre?—

—Muy graciosa.—espetó el castaño.— Puede que no tenga nada que hacer... Así que decidí hablarte...— esa mínina respiración como un suspiro tras su mensaje, antes de cortar su conexión, hizo que Neferet sonriera sinceramente, por primera vez en mucho tiempo.

—Traduciendo: me extrañas.— rió.

—No. Eso es mucho crédito para ti.—siguió su juego y Neferet le respondió con una risita antes de hablar.

—¿Cómo van las cosas con Aaron? Hace mucho que no va para allá.— apagó su micrófono y el silencio tras sus palabras la extrañó completamente.—¿Estás ahí?—

—Bien.—

Aquello había sido muy cortante.

—¿Bien que estás ahí? O...—

—A la otra pregunta.—

Neferet giró de un lado al otro en su silla.

—¿Estás ahí?—preguntó él.

La circense se debatió entre seguir el tema o no,mientras se acercaba al interruptor del micrófono.

—Claro. Perro me pidió entrar aquí, es todo.— inventó de inmediato.— Bueno... Yo si te extraño.—

Su risa le hizo sonreir nuevamente.

—También yo...—

Jadearon al separarse.

Aquella ola de sentimientos los arrasó por completo.

Sus miradas estuvieron fijas sobre la otra; de pronto el entorno se limitó a la presencia de sus almas.

Jesús atisbó a la pelinaranja frente a él, recordando que solo una vez estuvo así, tan cerca de su cuerpo, al punto de sentir su calida respiración y el aroma de su cuerpo... Aunque no había salido nada bien. No obstante, sabía que esta ocasión era diferente.

Su mano dio a parar en su mejilla y se deslizó suavemente hacia su mentón. Su pulgar, sin embargo, subió y jugó con su labio inferior, tratando de grabar su textura, su suavidad y lo carnoso que era en sus propias yemas. Recordarla para él.

Y Neferet simplemente se había olvidado de llorar. La intensidad del momento había nublado sus sentidos y todo en lo que pensaba quedó en el olvido. Desconociéndose de su entorno, más allá del hermoso castaño de ojos azules frente a ella.

Después De La Tormenta ||Daryl Dixon; NeganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora