Capítulo 8.B

525 48 35
                                    

||Sólo recordarte||

Negan atisbó su reflejo en el agua del río.

Había huido de Alexandria... Más nunca fue tan infeliz.

Escapó de una posible ejecución premeditada y de su encierro esporádico.

Los barrotes ya no lo apresaban, pero el motivo por el que necesitaba y anhelaba prescindir de ellos, estaba lejos, a la distancia.

Sumergió ambas manos y capturó un poco de agua con la que refrescó su rostro después de un largo y acelerado tramo nocturno.

Volvió a mirarse y repitió su acción, pero el desgano que cargaba su cuerpo simplemente hizo que soltara el agua.

Te atrapé.

Negan volteó apenas, reconociendo esa voz.

Maldijo por lo bajo, mientras que Brandon se acercaba con un cuchillo en alto.

—No intentes nada.—le advirtió el chico y Negan se incorporó con lentitud. Ambos se miraron fijamente en silencio, y la tensión se cortó súbitamente cuando Brandon ensanchó una sonrisa socarrona.— Amigo, tu cara.—rió, bajando el cuchillo; pero el ex-salvador continuó mirándolo con seriedad. —Viejo, en serio, yo... Solo juego contigo.—aseguró, mostrándole una cantimplora que le arrojó a la breveda y él capturó, abriéndola apenas pudo.—Eres veloz. Tardé mucho en encontrarte.—

Negan dio un buen sorbo a su botella y extendió una sonrisa.

[•••]

Neferet separó su rostro de sus rodillas, y levantó su cansada mirada ante el sonido de la puerta y algunas pisadas.

—Hola.—

—Hola.—correspondió ella, mientras Daryl se recargaba sobre los barrotes.

—Te ves terrible.— observó. Sabia bien cuando no dormía ni un poco.

Neferet sonrió de lado.

—¿Y Nilo? —

—En casa, durmiendo. —contestó, sacando un juego de llaves.—Vámonos.—

—Estoy bien.—

—Patrañas.—bufó, abriendo la puerta.—Nos vamos a Hilltop. Carol cuidará de los niños.—

—Estoy bien, en verdad. —insistió, sin ganas de incorporarse.

Dixon bufó, acercándose a ella y le tendió su mano.

—Necesitan tu ayuda por allá. No te quedarás sentada en este agujero. Andando. —

Neferet suspiró mirando su mano e hizo un último esfuerzo por tomarla.

[•••]


Hilltop era oficialmente un caos y el cansancio, su combustible.

El muro derribado permitía el pase libre a los caminantes que, en grandes oleadas, atacaban a la comunas en infernales lapsos de dos horas.

Nada les daba la certeza, pero la mayoría sabía que se trataba de Alpha y los susurradores.

Y eso caldeaba el humor y el ambiente.

Por suerte para ellos, los refuerzos de Alexandria quizá podrían aligerar esa carga.

Después De La Tormenta ||Daryl Dixon; NeganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora