¿Que sabrá Neruda? - Juan Pablo Villamil

.33. segunda parte

Guarde mis cosas en el pequeño bolso para largarme de ese departamento. Ya no aguantaba más, no podía aun asimilar que mi propio amigo me había traicionado de esa manera. Lía había sufrido por mi culpa, por su maldita culpa también y eso me llenaba de bronca internamente.

Salí de ese lugar y camine hacia mi auto, tire el bolso en la parte trasera del mismo con gran enojo.

- Villa

Rodee mis ojos cuando Casandra me llamaba desesperada, voltee rodando mis ojos frente a ella para hacer aun mas notorio mi desagrado. La observe con seriedad, quería que desapareciera de mi vista antes de terminar por descargar mi furia contra ella en palabras que quizás en mucho tiempo pueda borrar.

- ¿Qué quieres? – murmure entre dientes

- Lo siento – suplico – perdóname, mi amor

- A mí no me debes pedir disculpas Casandra – hable con gran furia – es a Lía a quien le debes esa disculpa

- ¿Por qué lía? – elevo la voz con bronca - ¿Por qué? Es ella, la que me debe una disculpa a mí por meterse entre los dos

- ¿perdón? – abrí mis ojos con sorpresa – ella no te debe nada, ni a ti, ni a mí, ni a nadie

- Ella me robo al amor de mi vida

- Si yo fuera el amor de tu vida – me acerque con seriedad - tú me dejarías ser feliz con la persona que quiero, porque sabes que no me podrías dar lo que ella me da

- ¿tu harías eso con ella ahora que se casara? – me pregunto con el ceño fruncido

Su curiosidad había llegado al límite de preguntar lo que aún no sabía cómo lidiar.

- Dime villa, ¿tu harás lo mismo con ella? porque se ve demasiado feliz con Manuel que hasta me atrevo a decir que ya te olvido

- Tú no sabes nada – hable entre dientes

- ¿y tú sí? – se cruzó de brazos observándome con desafío – Lía te odia y lo sabes, ¿Cómo vas a lidiar con todo eso?

- Preocúpate por ti, yo ya veré que hare conmigo mismo y con mi relación con ella 

- Me estoy preocupando por mi

- ¿ah sí? ¿Cómo? Cuéntame – la desafié

- Estoy peleando por lo que me pertenece

- Yo no te pertenezco, jamás te pertenecí y lo sabes – elevé mi voz

- Entonces ¿Por qué estuviste conmigo? – me empujo con fuerza - ¿Por qué jugaste conmigo?

- No juegue contigo, tu sabias lo que era lo nuestro y estuviste muy de acuerdo en un principio ¿lo recuerdas? – ella se quedó en silencio frente a eso - Déjalo así, ya ni lo intentes porque cada vez que recuerdo como se pusieron de acuerdo con simón para destruir a Lía me lleno de bronca, me lleno de odio contra ustedes – sus ojos comenzaron a ponerse rojos – ella no les hizo nada, ni siquiera me lo hizo a mí y sin embargo la lastime tanto como ustedes – murmure lo último – su único error fue enamorarse de mí y el mío fue creer que tenía amigos que preferían mi felicidad antes que cualquier cosa – lleve mis manos a sus hombros, a Casandra se le caían las lágrimas pero no sentía nada - ¿sabes qué? Encuentra a alguien que te quiera de verdad y se la juegue por ti, jamás permitas que te traten como yo trate a Lía por unas cuantas mentiras

Suspiré y me subí al auto dejándola sola en aquella calle. Tenía la cabeza en júpiter y mi corazón en un libro de desgracias sin final.

(...)