- Mi amor
Hice una mueca de sonrisa una vez que ingresé al departamento que compartíamos. Se acercó a mí y me brindo un abrazo. Trague saliva respondiéndole su saludo. Se alejó un poco de mí y beso mis labios, no sabía porque sentía como si ellos se quebraran, no funcionaban, no sentían.
- Te extrañe – murmuro con una sonrisa
- Y yo – hice nuevamente mi mueca – creo que iré a guardar esto a la habitación
- Claro, ve – sonrió
Arrastre la maleta hacia la habitación y sentándome en la cama, largue un suspiro. Volver era lo que quería, pero no me sentía satisfecha, no sentía que había tomado la opción correcta esta vez. Comencé a sacar mi equipaje y sonreí levemente observando las margaritas de mentira, las había traído conmigo y una de ellas se la deje para que jamás olvidara que lo amaba con locura.
- ¿Qué es eso?
Voltee rápidamente hacia la puerta, Manuel me observaba intrigado. Bajé mi mirada hacia las margaritas y volví hacia él.
- ¿trajiste margaritas de mentira en la maleta? – frunció el ceño divertido – mi amor, que ridículo – se acercó a mí y me las quito de mano
- Devuélvemelas – hable con seriedad
- ¿Por qué? – pregunto intrigado
- Porque me las regalo mi abuelo
Las observo con el ceño fruncido y me las entrego nuevamente. No dejaría que nadie me quite estas margaritas. Esto era lo único que tenia de él, como así también, sus notas de amor.
- Sigo considerando que no eres de estas flores, tú debes ser las rosas
- Las rosas me parecen insulsas – aclare
- Y las margaritas son horribles – se defendió
- Que lo sean para ti, no significan que serán para mi también – asegure – además, no son tuyas son mías
Camine molesta hacia el gran armario que teníamos en la habitación y las guarde en uno de los cajones que habían ahí.
- Mi amor – murmuro, ni siquiera voltee a verlo – lo lamento, no pensé que eran tan importantes para ti ese tipo de flores
- Pues lo son – voltee a verlo con seriedad – y lo van a ser siempre
El asintió rápidamente y bajo su mirada al suelo.
- Creo que iré a trabajar
- Claro – susurre
Él se acercó a mí y beso mis labios con deseo, ni siquiera sentía nada.
- Esta noche tengo mi despedida de soltero – comento divertido una vez que se separó de mi - así que no me esperes
- Claro – susurre
- En este fin de semana nos casaremos, ¿no te emociona eso? falta tan poco
Asentí observando un punto fijo de la habitación.
- Sí, yo iré a ver el vestido en un rato – agregue
El sonrió y volvió a besar mis labios con intensidad.
- Te amo
Suspire cuando salió de la habitación.
Cuando escuché la puerta principal cerrarse, me recosté sobre el armario y sentí como el hormigueo subía por mi garganta, sentía angustia, me sentía pésima. Voltee para observar las margaritas que había guardado, mis lágrimas comenzaron a caer lentamente. No sabía porque lloraba esta vez, pero no lo había podido hacer dentro del avión ya que mi abuelo y bruno se encontraban a mi lado.
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¿Que sabrá Neruda? - Juan Pablo Villamil
Fanfiction¿Que sabrá Neruda lo tanto que me gustas?, ¿qué sabrá? Si tan solo escribe y no sabe que te quiero. No sabe que me encanta verte llorar, que me encanta verte soñar. Neruda simplemente no sabe lo que me encantan tus labios al hablar. ¿Qué sabrá Neru...