Capitulo XVII: Mariposas y sentimientos.

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Luego de otra sesión de sexo desenfrenado estamos acostados en mi cama charlando sobre nosotros.

-¿Desde cuando bailas con telas?.- me pregunta mientras juega con un mecho de mi pelo.

Yo estoy recostada sobre su pecho y acaricio su naciente barba.

-Comencé a bailar a los seis pero tuve que dejarlo diez años después por razones médicas.- frunzo los labios- Después con el tema de los estudios, la mudanza y el trabajo no volví a retomarlo hasta ahora.

-Déjame decirte que bailas muy bien.

-Oh, gracias no hacia falta que me lo recuerdes.- digo altanera y esto provoca su risa.

-¿Cuando vas a dejar de ser tan presumida?.- me pregunta dándome besos en los labios.

-¡Nunca!- digo riendo.-¿Tienes hambre?, porque yo si.

Me separo de él y busco con que cubrirme.

-Por eso estas como estas.- me dice divertido.

Le tiro a la cara una almohada y veo su camisa.

-Voy a la cocina a ver que hay.- me coloco la camisa y salgo de la habitación.

Bajo hacia la cocina y en el camino veo a Thor queriendo entrar a la casa por la ventana.

-Aveces creo que eres tonto.- le digo abriendo la ventana para que pase.

Él pasa de mi y va directo a su torre para afilarse la uñas, sigo mi camino a la cocina y abro la heladera. Como Jordi no esta no hay comida preparada así que decido preparar un rápido té, pongo a hervir el agua y cuando levanto la vista veo a Samuel parado el el marco de la puerta viendo lo que hago.

-¿Quieres té?.- le pregunto sacando las tazas.

-Si, pero en realidad se me apetece otra cosa.- dice acercándose a mi con ese andar sigiloso y atractivo.

-¿Otra vez?.- le pregunto en una carcajada.

-Otra vez.- dice una vez que esta frente mio.

Me quita las tazas de la mano y las deja sobre la mesa. Me agarra por la cintura y me sube a la mesada, abre mis piernas y se coloca en medio; sus manos se posan en mis rodillas y van subiendo al igual que mi excitación. Su boca busca la mía y me besa violentamente provocando que se me escapen jadeos que son atrapados por su experta boca, sus manos suben hasta detenerse justo donde comienza la camisa; comienza a levantarla hasta el ombligo y su mano derecha se acerca lentamente a mi entrepierna. Comienzo a temblar cuando su boca abandona la mía y va dejando un sendero de besos por mi mandíbula y cuello, llega al primer  botón que abroche de la camisa; sus manos suben hasta él y lentamente los va quitando, mi respiración se hace mas dificultosa y mis entrañas se retuercen de deseo por este hombre.

Termina de abrir  la prenda y la desliza por mis hombros.

-¿Alguna vez te dije que tienes una pechos hermosos?.- me pregunta mirándolos.

-Ya lo sabia pero igual gracias.- digo en medio de un suspiro al sentir su mano torturar mi pezón izquierdo.

Ríe levemente y mi cuerpo se arquea al sentir el calor de su boca en mi pecho. Sus manos acarician delicadamente mis costillas, cintura y llegan a mi cadera, tiemblo al sentir sus dedos sobre mi clítoris; mis manos se agarran con fuerza de sus hombros y suspiro al sentir su respiración en mi cuello. Dos de sus dedos me penetran y se mueven impasibles en mi interior, mi vientre se contrae al sentir los próximos espasmos del orgasmo. 

-Te quiero dentro mio, ahora.- le susurro al oído.

Cumpliendo mi petición quita sus dedos y en fracción de segundos son reemplazados por su imponente erección, de una estocada me llena por completo y por la intensidad de sensaciones mi visión se nubla.

El profe sexy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora