Capitulo XIII: Pijamada mas que interesante.

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La clase de hoy es bastante aburrida. Me distraigo viendo cómo se mueve y gesticula al hablar, la manera en la que mira fijo al alumno que responde a su pregunta o lo que sea. Nos deja unas páginas del libro para que leamos y nos da un trabajo.

-¿Lo hacemos juntos?- me pregunta Sebastián y me saca de mi trance.

-¿El qué?- le pregunto más que pérdida.

-El trabajo.- me dice agitando una hoja delante de mi cara.

-Ah, claro no hay problema.- le digo sonriendo levemente.

Un dolor de cabeza me empieza a molestar y no me siento bien. Creo que una manzana como único alimento durante todo el día no es buena. Siento que mis ojos se cierran y el cansancio me gana.

***

-Wild...- dicen pero yo quiero seguir durmiendo- ¡WILD!- gritan más fuerte y hace que me sobresalte.

Levanto la vista y me encuentro a Samuel mirándome con el ceño fruncido y a todo el salón con cara divertida.

-Disculpe.- digo frotando mi cara para tratar de espabilarme.- Es que anoche me tuvieron despierta hasta muy tarde.- le digo mirándolo y alzando las cejas de manera acusadora.

No dice nada, se da la vuelta y vuelve a su escritorio.

-¿Te sientes bien?- me pregunta bajito Seb.

-No eh comido nada, creo que es eso.

-¿No has comido nada?, ¿estás loca mujer?- me dice y yo rio por su forma de hablar.

-Creo que si.- digo en todos los sentido.

Por no haber comido nada y por haber metido a cierto profesor en mi cama.

La clase termina y tengo media hora para llegar a la librería. Me estoy dirigiendo a la salida con los chicos.

-Wild, quiero hablar con usted.- dice Samuel.

-Vayan, nos vemos luego.- les digo y ellos se van.

Samuel espera a que quedemos a solas y agarra mi mano me arrastra hasta la sala de profesores, que está vacía y nos encierra allí adentro. Ataca mi boca de manera sorpresiva y me aprisiona entre su cuerpo y la pared. Mi morral cae al suelo y mis piernas se agarran con fuerza de su cintura, sus manos traviesas se posan en mi trasero y lo aprietan. Mis manos tiran levemente de su cabello. Siento que su mano derecha deja mi nalga y pasa hacia adelante. A tientas desabrocha el botón de mi pantalón y su traviesa mano se posa sobre mi ropa interior. La cordura vuelve a mí.

-No... Samuel estamos en la Universidad.- digo tratando de separarme de él- Alguien nos puede ver y nos meteremos en problemas.

Se separa de mí y se acerca a la puerta, pone el seguro y se gira a verme.

-Ya no hay ningún peligro.- dice acercándose a mí.

-Voy a llegar tarde al trabajo Samuel.- en parte es verdad, Elena me decapitaría si llego tarde.

-Solo serán diez minutos.- me besa- O quizás quince.- me vuelve a besar y baja lentamente mi pantalón.

Hace que me siente en el viejo sofá que hay allí y me saca las zapatillas, se arrodilla entre mis piernas y las abre hasta tenerme totalmente expuesta para él.

Besa mi tobillo derecho y va subiendo, su barba de dos días raspa contra mi piel y produce escalofríos en todo mi cuerpo. Llega hasta la parte interna de mis muslos, tiemblo al sentir su cálido aliento contra mi piel. Sus manos agarran con delicadeza el borde de mi ropa interior y comienza a quitármela. La deja caer al suelo y vuelve a la tortura de los besos pero esta vez no se detiene en mi muslo, sigue su recorrido hasta llegar a mi entrepierna. Posa su boca allí y da leves besos, yo me retuerzo sobre el sofá y hecho la cabeza atrás cuando su lengua hace contacto con mi piel. Su experta boca invade mi zona íntima y me hace delirar de placer, me tortura y cuando estoy a punto de alcanzar la cima se detiene. Yo abro los ojos y lo miro, veo que se está bajando la bragueta y libera su erección. Posiciona su miembro en mi entrada y me mira fijo a los ojos, nos miramos y lentamente entra en mí. Un gemido se escapa de ambos y comienza a moverse, yo me agarro de sus hombros y él pone sus manos en mi cadera para ayudar con el movimiento.

El profe sexy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora