Capítulo#8 (Editado)

1.5K 149 32
                                    

El enorme perro blanco parado en sus patas traseras es fácilmente de mi tamaño y seguro como el infierno pesa mucho más que yo.

Dante lo abraza mientras él ladra y pasa la lengua por sus brazos.
Después de unos minutos lo suelta y regresa su atención a mí.

— Bosco, questa bellezza qui è Ria. * —Comenta con su marcado acento.

El can como si fuese consciente de que debe presentarse voltea su cabeza en mi dirección y fija sus ojos avellana en mí por primera vez desde que llegué.

Sus orbes y nariz oscuros resaltan en el blanco prístino de su pelaje y no paro de pensar en que luce como un oso blanco.

La palabra majestuoso viene a mi mente mientras lo observo.

—No es muy sociable. Te dije antes que no confía en desconocidos, así que no te sientas mal si no se muestra precisamente entusiasta con tu presencia. Prometo que no va a atacarte ni nada. Solo te ignorará hasta que... —Las palabras se van apagando poco a poco hasta que se detienen y su boca cuelga abierta en un gesto de incredulidad.

Mientras él me daba su discurso de consuelo, Bosco se acercó a mí, se acostó a mis pies y empezó a mover la cola descontroladamente.

Bajo a su altura y empiezo a acariciar su cabeza con una sonrisa.
Dante está más que sorprendido.

—Él nunca es así con la gente que no conoce. Joder, bellezza eres increíble. —Murmura asombrado.

Yo paro de acariciar a Bosco por un momento y lo miro con una sonrisa de suficiencia. Secretamente me siento orgullosa.

El can empuja mi mano con su hocico instándome a que continúe y lo complazco deslizando mis dedos por el grueso y largo pelaje.

Luego de unos minutos le doy una última caricia en el lomo y me pongo de pie. 

—Es hermoso. ¿De qué raza es? —Pregunto con curiosidad.

Dante aparta su vista del imponente animal para darme una respuesta.

—Un Cane da Pastore Maremmano-Abruzzese. —Contesta y yo lo miro como si me hubiera dicho que la leche desnatada engorda.

—¿Qué? —Pregunto mientras mi ceño se arruga en una clara expresión de confusión.

Él me ve y solo sonríe. Sabe que no entendí una palabra.

¡Lo hace a posta! ¡¡Aghh!!

Mascullo irritada para mis adentros.

—Un Pastor de Maremma. Se les conoce así por ser originarios de la Maremma Toscana. —Explica sin perder su sonrisa burlona.

La comprensión se abre paso en mi sistema y reafirmo lo obvio.

—Es italiano. —Murmuro dándole otra mirada al hermoso animal.

Dante hace un gesto afirmativo. 

—Lo adopté poco antes de venir de Italia y lo traje conmigo. —Añade y esta vez soy yo la que asiente.

—Va bene, ora basta parlare principessa*, vamos a comer algo que estoy famélico y más tarde te doy un recorrido. —Anuncia mientras emprende la marcha hacia lo que asumo es la cocina.

Yo asiento otra vez sin estar del todo segura de lo que sea que ha dicho y lo sigo por inercia con la única justificación de estar ya tan hambrienta como él.

                                                                                  ❤💚❤

Amore Italiano © [Terminada/Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora