Amore Italiano © [Terminada/Editando]

Capítulo#10 (Editado)

Dante susurra palabras calmantes en mi oído y me abraza con fuerza como si supiera que eso es justo lo que necesito.

Deja un firme beso en mi coronilla y yo entierro mi rostro en su pecho.

Su calor me rodea y me voy relajando según pasan los minutos. Mis sollozos poco a poco pierden fuerza.

Luego de un rato me ayuda a levantarme y me lleva adentro.
Al llegar al pie de las escaleras me toma en brazos y sube los peldaños en silencio conmigo agarrada a su cuello, absorbiendo su delicioso aroma.

Camina a paso lento hasta su habitación y me deposita con delicadeza sobre la cama.

Bosco viene a nuestro encuentro agitando la cola y se acuesta a mi lado, apoyando su cabeza en mi regazo.

Yo suspiro e intento limpiar mi rostro mojado con la manga de mi suéter.

Dante desaparece por unos minutos y regresa con un vaso de agua helada. Me lo ofrece y bebo con avidez, sedienta luego de tanto llorar.

Finalmente él se sienta a mi lado y tras un suspiro pesado me hace la pregunta que temía tener que responder.

—¿Qué ha ocurrido, bellezza? —Cuestiona suavemente mirándome a los ojos.

Yo bajo la cabeza avergonzada y miro mis manos que acarician el hocico de Bosco evitando responder.

—Ria, no puedes aparecer en mi puerta a estas horas y en ese estado y esperar que no exija una explicación. —Masculla mientras pasa una mano por su rostro de forma brusca en una clara señal de frustración ante mi falta de respuesta.

—Necesito que confíes en mí. Necesito saber qué sucede bellezza.Verte así está matándome, joder. Por favor, dime qué ocurre. Solo así puedo arreglarlo. —Habla de nuevo tomando una de mis manos.

Yo siento mis ojos cristalizarse a causa de sus palabras. Dejo ir una exhalación temblorosa y tras unos segundos empiezo a narrarle lo ocurrido.

Mientras hablo Dante permanece en silencio apretando tanto los músculos de su mandíbula que temo que pueda romperse un diente.

—Entonces él-él... —Tartamudeo sin poderlo evitar y el llanto regresa.

—Él comenzó a tocarme... Me la-lastimó e in-intentó. Él intentó...¡Oh Dios! —Cubro mi cara con mis manos y ahogo otro sollozo.

El miedo y la vergüenza invaden mi cuerpo haciéndome temblar.

Dante me abraza y acaricia distraídamente mi cabello.
Yo hago un intento por respirar a través del llanto y continúo. 

—Tiré de mi-mi cabello para za-zafarme de su agarre. Luego lo go-golpeé y so-solo corrí. Estaba mu-muy asustada. —Para cuando termino mi llanto no tiene control, hipo y sollozo entre sus brazos.

—Ju-juro que to-todavía puedo se-sentirlo. Su olor... No desaparece... Dios, siento tanto asco. —Balbuceo mientras tiemblo.

—Cazzo!* ¡¡Voy a jodidamente matarlo!! Figlio di puttana!* —Estalla de pronto y en un arranque de furia que no vi venir lanza el vaso que estaba en la mesita de noche, haciéndose pedazos al estrellarse contra el suelo.

Doy un respingo y me estremezco.

Él se coloca a mi lado, envolviéndome de nuevo con su cuerpo mientras frota mi espalda.

—Lo lamento cariño, no quise asustarte. —Habla en voz baja como quien trata a un animalito herido.

La ternura en su voz por alguna extraña razón me hace llorar con más fuerza.