Capítulo#14 (Editado)

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Me encuentro en la cocina, preparando un batido de arándanos para que los chicos acompañen los bocadillos cuando siento el familiar perfume de Dante.

Sonrío sabiendo que está detrás de mí.

—Ya casi termino Dante, en un momento estoy con ustedes. —Hablo aún sin darme la vuelta.

Él se acerca hasta pegar su torso contra mi espalda.

—¿Cómo sabías que era yo, bellezza? —Pregunta intrigado.

—Reconozco tu olor. —Contesto con simpleza encogiéndome de hombros.

Él hace un sonido bajo en su garganta, presiona mi cuerpo contra la encimera y pasa su nariz por mi cuello, inhalando mi aroma. Mi piel se eriza en respuesta.

—También conozco tu olor, bellezza y me encanta. Me hace preguntarme si sabes tan bien como hueles. —Confiesa en un susurro bajo.

Entonces, siento su lengua trazar una línea mojada en el cosatado de mi cuello.
Un gemido bajo abandona su garganta y yo jadeo por la sensación.

Luego comienza a dejar besos húmedos en mi nuca. Lame ese punto detrás de mi oreja haciéndome estremecer y tira del lóbulo, chupándolo dentro de su boca.

—Delizioso.* —Murmura contra mi piel. Siento su gran erección clavarse en mi espalda baja y todo mi cuerpo se tensa.

—He estado así de duro por ti todo el día, bellezza. —Susurra en mi oído mientras se presiona contra mí para marcar su punto.

Siento mi vientre apretarse con necesidad y reprimo un jadeo.
De pronto, sus firmes brazos me apresan desde atrás estrechándome contra su pecho. Sus manos se posan sobre mi vientre y van ascendiendo lentamente dejando un rastro caliente en mi piel.

Su boca reanuda el asalto a mi cuello besando, lamiendo, chupando.
Sus manos finalmente llegan a mis pechos y comienza a trazar círculos lentos alrededor de mis pezones. En menos de un segundo estos son dos cimas duras muy visibles a través de la fina tela de mi bikini mojado.

Sus caricias sobre mi piel se sienten increíbles. Muerdo mi labio inferior y dejo caer mi cabeza hacia atrás descansándola en su pecho mientras sus hábiles dedos empiezan a rodar y tirar de mis pezones.

—Sono pazzo di te.* —Jadea en mi oído.

Yo gimo en voz alta y un escalofrío me recorre de pies a cabeza.

—Dante. —Suspiro su nombre,  aléntandolo.

En respuesta pellizca con fuerza mi pezón izquierdo y un gritito de placer escapa de mi garganta.

Él respira en mi oído con fuerza, pasa sus manos por debajo de la tela y siento su cálida piel frotando mis sensibles picos.

Dante gime y yo jadeo por aire a la vez que empujo mi trasero buscando inconscientemente su dureza.

—Dios mío... —Susurro sin aliento.
La humedad empapa mi entrepierna y siento mucho calor. Mi cuerpo entero parece estar en llamas.

—Amo estos. —Declara con voz ronca mientras amasa mis pechos.

Yo intento darme la vuelta y encararlo pero cuando lo nota me presiona con más fuerza contra la encimera provocando que me roce contra ella y gima profundamente.

En ese instante la voz de Matteo y las risas de las chicas atraviesan la neblina de lujuria que hay en mi cabeza y solo entonces recuerdo que no estamos solos.
Por la forma en el cuerpo de Dante se tensa sé que él también los escuchó.

Amore Italiano © [Terminada/Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora