Amore Italiano © [Terminada/Editando]

Capítulo#9 (Editado)

Sus manos desabrochan mi sujetador y deslizan los tirantes por mis hombros hasta que cae al suelo liberando mis pechos.

Su boca asalta mi cuello con ímpetu dejando un reguero de besos húmedos desde mi barbilla hasta mi clavícula. Poco a poco desciende hasta llegar a la cima de mis pechos y hace un sonido bajo de aprobación en su garganta.

Desliza su lengua por el valle entre mis senos y ahueca uno en su mano tatuada. Se lo lleva a la boca y sus labios rodean el pezón succionando con fuerza.

Ambos gemimos.

Luego soy empujada a la cama y él se cierne sobre mí reanudando la dulce tortura en mis pezones. Siento su dureza presionar contra mi vientre y me arqueo hacia él queriendo más.

<<Dante... ¡Oh Dios! >>

Jadeo mientras tiemblo sin control.

De un momento a otro sus labios me abandonan y emito un sonido de protesta que interrumpo en el instante en que empieza a dejar un rastro de besos sobre mi estómago.

Su lengua se detiene en mi ombligo y lo penetra varias veces, provocándome.
Luego reanuda su viaje hacia el sur.

Me retuerzo bajo su cuerpo mientras le da una mordida juguetona a mi cadera.

Yo jadeo y él sonríe.

—Dante, por favor... —Suplico mientras me observa con las pupilas dilatadas de deseo.

Mi respiración se vuelve más irregular a medida que mete sus pulgares bajo las tiras de mis bragas y comienza a bajarlas. Abro mis piernas en una silenciosa invitación a donde más lo necesito.

El latido entre ellas se vuelve insoportable y justo cuando está a punto de poner su boca sobre mí un horrible sonido me despierta.

Me levanto de golpe totalmente desorientada. Apago el maldito despertador e intento calmarme.

Estoy empapada en sudor y respiro a jadeos como si hubiese corrido una maratón.

¡Maldición! Estaba soñanado.

Maldigo en mi fuero interno y ahogo mi grito de frustración y vergüenza contra la almohada.

Luego de varios minutos consigo controlar mi respiración y me encamino al baño a por una ducha más que necesaria para comenzar mi día.

                                                                                   ❤💚❤

A media mañana recibo un mensaje de Dante diciendo que su amigo Matteo va a ir a visitarle en una semana y quiere que lo conozca.

Le contesto en acuerdo y guardo mi móvil en mi bolsa antes de dirigirme a la siguiente clase.

Al terminar voy a la cafetería y encuentro a las chicas y Ben conversando animadamente.

—¡Ria, ven aquí! —Vocifera Ann en la distancia haciendo que varias cabeza volteen a mirarla.

Yo sonrío en su dirección y me encamino hacia su mesa.