Capítulo#27

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Estoy de pie en medio del salón observando a la elegante pelirroja enfundada en un vestido a juego con sus cabellos acercarse hacia nosotros.

A cada paso que da su sonrisa petulante aumenta.
Y mis ganas de desaparecer también.

Motivo por el cual tras tomar una respiración profunda giro hacia Dante para hacer lo que toda chica haría en mi posición: utilizar la excusa del baño.

Si me disculpan. Voy un momento al tocador.

Les informo y comienzo a alejarme dejando detrás a un Dante con el ceño fruncido.

Una vez allí me paro frente al gran espejo bufando con molestia.

Mierda.
¿Qué hace ella aquí?

Pregunto a la nada mientras maldigo internamente mi mala suerte.

Con su bella presencia la noche se hará muuuy larga.

Continúo con mi monólogo.

Como me arrepiento de no haber aceptado una copa porque definitivamente la voy a necesitar.

Con ese pensamiento en mente paseo mi vista por la estancia  hasta posarla en el dispensador de gel antibacterial.

Eso tiene alcohol ¿no?
¿Servirá?

Murmuro en voz alta y me interrumpo cuando escucho a una señora balbucear algo acerca de la juventud enloqueciendo.

Entonces muerta de la vergüenza
sacudo esa tonta idea antes de refrescar mi cara con un poco de agua y regresar al salón en busca de los chicos.

Recorro un par de metros hasta que los diviso y vaya sorpresa me llevo al ver a Rebekah demasiado cerca de Dante deslizando sus manos de manicura perfecta de forma sensual sobre su pecho.

Mi sangre se enciende ante la escena y juro que veo rojo.

¡¿Cómo se atreve?!
¡Zorra de cuarta!

En ese preciso instante Matteo gira a verme y al parecer mi cara evidencia mis pensamientos homicidas porque luego de abrir sus ojos avellana más de lo que creí posible se bebe de un solo trago el contenido de su copa.

Dante ajeno a mi escrutinio aparta sin delicadeza las manos de la lagarta escurridiza mitigando un poco mi enojo. Pero no lo suficiente así que reanudo la marcha en su dirección plasmando en mi rostro la más falsa de las sonrisas.

Cuando llego a su lado él me toma de la cintura colocándome frente a su pecho mientras me abraza por detrás .

Yo ensancho mi sonrisa ante ese gesto a la vez que le tiendo mi mano a Rebekah a modo de saludo.

Soy Ria Reynolds encantada.

Ella no disimula su desagrado hacia mí cuando mira mi mano como si tuviera lepra.

Yo hago caso omiso a su expresión y me apresuro a tomar la suya solo para fastidiar.

Rebekah Ashton.

Masculla simplemente safándose de mi agarre a la velocidad de la luz.

Luego de eso se gira hacia Dante ignorándonos completamente a Matteo y a mí.

Bueno,entonces iré a visitarte tan pronto me sea posible.
Aún tenemos asustos...  pendientes.

Prácticamente ronronea la frase y solo quiero saltarle al cuello como un hámster rabioso pero en su lugar me enderezo todo lo que mi altura me permite y adopto una pose regia para responder.

Amore Italiano © [Terminada/Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora