Capítulo#28

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La desesperación y la impotencia me inundan con cada segundo que pasa hasta que Dante deja de gritar y retorcerse y finalmente abre sus hermosos ojos fijándolos en los míos con intensidad.

¿Estás bien?

Pregunto preocupada y él me da un asentimiento a modo de respuesta.

Estaba tan asustada.

Susurro mientras comienzo a sentir mi labio inferior temblar.

Ven aquí.

Exclama cuando ve la expresión en mi rostro mientras me abraza contra su pecho.

Todo está bien bellezza.
Solo fue un mal sueño.

Murmura contra mi cabello mientras me abrazo a su cuerpo como un koala.

Pe-pero tú estabas gritando y-y yo...

Replico débilmente pero él me interrumpe.

Fue una pesadilla. Eso es todo. Ahora vuelve a dormir.

Ordena con voz severa y yo asiento enterrando mi rostro en el hueco de su cuello.

Luego de unos minutos siento sus latidos recuperar el ritmo normal y es solo entonces que me permito cerrar los ojos sucumbiendo sin remedio a los encantos de Morfeo.

*****

Desperté a media mañana con la terrible necesidad de devolver todo lo que había ingerido la noche anterior.

Salté fuera de la cama prácticamente estrellándome contra el suelo y despertando a Dante en el proceso y corrí todo lo veloz que pude en dirección al baño.

Apenas pude llegar al váter antes de empezar a vomitar y a juzgar por las cantidades insanas de líquido que salían de mi boca estaba devolviendo no solo lo que comí anoche sino también lo ingerido en la última semana.

En estos momentos me encuentro arrodillada frente al inodoro con Dante apartando el cabello de mi rostro y frotando mi espalda mientras me tomo un respiro.

De pronto una nueva arcada me hace abrazarme a la taza del baño mientras otra oleada de amarga hiel es expulsada fuera de mi cuerpo.

Me estremezco ante el desagradable sabor a la vez que me desplomo sin fuerzas en el suelo.

Dante me abraza contra su cuerpo sentándose a mi lado.

¿Te sientes mejor ahora bellezza?

Sonrío débilmente porque solo él me llamaría bellezza con la pinta que luzco en estos momentos.

Eso creo.

Le respondo no muy segura.

A mi parecer lo único que me impide vomitar ahora mismo es que ya no queda nada en mi maltratado estómago.

¿Crees que puedes llegar hasta la cama?

Le doy un asentimiento a modo de respuesta pero él no parece convencido así que me levanta en peso y me lleva él mismo hasta depositarme con cuidado sobre el colchón.

Amore Italiano © [Terminada/Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora