Capítulo#16 (Editado)

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Me remuevo incómoda en la cama pateando la manta que se enreda en mis pies.

Intento volver a dormir pero me resulta imposible así que muy a mi pesar abro los ojos y estiro la mano para alcanzar mi teléfono en la mesita de noche y ver la hora.

Es la 1:20 am.

Frunzo el entrecejo confundida y entonces los recuerdos vienen a mi mente de golpe: la llegada a casa, la charla con Ann, sentirme muy cansada, Dante apareciendo sin avisar...

¡Oh por Dios! ¡Dante!

Enrojezco al recordar la forma en que me tocó y como después me quedé dormida.

¡Qué vergüenza! ¡Qué vergüenza!

Entierro mi rostro en la almohada deseando desaparecer.

Luego de un rato me incorporo y deposito mi móvil en la mesa de noche. Cuando lo hago algo cae al suelo.

Sin ánimos de levantarme pero con la curiosidad sacando lo mejor de mí me inclino cual mono araña mientras rezo por no darle un beso de buenas noches a la alfombra y asomo mi cabeza bajo la cama.

Tras un par de segundos diviso el objeto. Es una hoja de papel.
La recojo y me siento abandonando la intrépida posición.

Al leer la primera línea escrita con impecable caligrafía sonrío ampliamente.

Ciao bellezza. Espero que esta vez nada haya interrumpido tu sueño y descansaras bien.
Por cierto, te ves linda cuando duermes y haces todos esos ruiditos graciosos.
Me gustó mucho verte dormir aunque no tanto como verte alcanzar el clímax gritando mi nombre.

PD: No te sonrojes o mejor si, también te ves linda cuando lo haces.

Besos, Dante.

Genial, ahora mi cara está como un tomate pero aún así sonrío como idiota sintiéndome sumamente feliz.

❤💚❤

La última semana pasó volando entre los preparativos y las compras navideñas.

Finalmente el tan ansiado día llegó.
¿Y cómo despierto esta maravillosa mañana de Navidad?

Pues con los gritos de Analisse jodida Clarkson perforando mis tímpanos sin piedad ninguna.

¡Jesús! ¿Qué tiene esa chica con los chillidos?

Pienso aún adormilada y me encamino a la sala, de donde proviene su voz preparándome psicológicamente por si sus gritos se deben a que ha visto un roedor o algo por el estilo.

Oh Laura, estoy tan feliz de que estén aquí. —Escucho a Analisse decir más calmada, así que descarto la hipótesis del ratón.

—Mi niña, Daniel y yo no nos perderíamos por nada otra navidad con ustedes. —Responde una voz femenina vagamente familiar.

¿Laura? ¿Daniel?
¿De dónde me suenan esos nom...
¡Oh por Dios!
¡Mis padres están aquí!

Exclamo para mis adentros mientras corro a la sala de estar llamando su atención con mi no muy sutil entrada.
Si por sutil se entiende a no tropezar con un pliegue de la alfombra, intentar agarrarte de la mesa de centro para evitar caer y derribar el florero antes de estamparle la cara a la moqueta.

Nop, no fui delicada en lo absoluto.

Afirmo internamente mientras compruebo de primera mano la calidad de la alfombra.

Amore Italiano © [Terminada/Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora