Capítulo#2 (Editado)

2.4K 199 70
                                    

Me acerco más al coche y él parece asombrado con mi respuesta. Como si a pesar de haber usado su sonrisa moja bragas, que es lo que yo considero una técnica de persuasión nivel diez no hubiese esperado que decidiera irme con él.

¿Qué puedo decir? Soy bastante impredecible en ocasiones, así que no lo culpo.

Cuando sale de su estupor inicial baja del auto y me abre la puerta trasera.

-Supongo que te sentirás más cómoda que en el asiento del copiloto. -Me sorprende con ese razonamiento.
No es que se equivoque, todo lo contrario. Pero normalmente los tipos que te dan aventones insisten en que te sientes junto a ellos, lo que me hace sentir incómoda cada vez.

Con una sonrisa agradecida me subo al auto. Él lo rodea y ocupa su lugar encendiendo el motor.

-Entonces... ¿A dónde te llevo? -Su pregunta lo hace parecer mi chofer y eso me incomoda porque es obvio que está desviándose de su camino por ayudarme.

Así que en lugar de darle mi dirección que está bastante alejada le doy la de un café cercano donde planeo coger un taxi con facilidad ya que es un lugar mucho más céntrico.

Una vez que le pregunto si el sitio le hace camino y su respuesta es afirmativa el auto se pone en marcha.

Saco mi teléfono de mi bolso, porque necesito centrar mi atención en algo si no quiero empezar a arrepentirme de haber aceptado y comenzar a crear escenarios en los que mi cuerpo acaba en una cuneta.

Debo dejar de ser tan paranoica.

Me recrimino.

-¿Qué hacías a estas horas y con este clima en ese sitio tan aislado? -Pregunta rompiendo el silencio.

Levanto la mirada de mi móvil y la centro en el parabrisas para evitar distraerme nuevamente con su cara y olvidar responder.

-Salí muy tarde de la facultad y el tiempo cambió de repente. Caminé un par de cuadras buscando una parada de autobús pero me perdí un poco y acabé allí refugiándome de la lluvia. -Le explico y sin poder evitarlo deslizo mi mirada sobre su perfil.

Él me da un asentimiento de cabeza como toda respuesta y yo devuelvo la vista a mi teléfono que de un momento a otro se enciende y comienza a vibrar.
El nombre Analisse parpadeando en la pantalla.

Sonrío y cojo la llamada a toda prisa.

-Hola cariño. -Saludo de forma entusiasta y melosa, intentando escapar del regaño que se me avecina.

-¡¿Ria Reynolds, dónde mierda estás que aún no has llegado a casa?! ¡Oscureció hace mucho y el clima es pésimo! -Mi mejor amiga ignora mi saludo y se lanza directamente a la ofensiva.

-¡Apuesto a que ni siquiera llevas un paraguas! Te enfermarás y eres un culo molesto cuando te enfermas. -Continúa su diatriva haciendo fallar estrepitosamente mi intento de escaquearme.

Analisse es lo que se conoce como una mamá oso, si. A pesar de que soy un año mayor, ella es algo sobreprotectora conmigo.

-Estoy de camino a casa, no te preocupes Ann. Solo me mojé un poco. -Intento tranquilizarla pero no parece estar funcionando.

-¡¿Solo un poco dices?! ¡Juro que como te enfermes golpearé tu trasero con un rodillo de amasar! -Amenaza haciendo que abra los ojos de par en par y me remueva incómoda sobre mi asiento.

Por más que parezcan incongruentes sus amenazas dan miedo.

-Noelle dijo que vendrías con Chris y sus amigos. ¿Por qué te has ido sola? -Inquiere tras unos segundos con voz más calmada.

Amore Italiano © [Terminada/Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora