Capítulo#18 (Editado)

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Hace una semana desde el día en que fui a casa de Dante.
Siete interminables días en los que el enojo y la tristeza han acampado en mi corazón de forma permanente.

Por más que le doy vueltas a lo sucedido no entiendo como la historia acabó torciéndose de esta manera y hay una pequeña parte de mí...

¿A quién quiero engañar?

Hay una gran parte de mí que lo extraña y se niega a creer que el hombre que conozco me haría una bajeza como esa.

-¿Enana? -La voz del hermano de Noelle interrumpe mis pensamientos.

Levanto la vista a sus ojos azules como los de su hermana y mi corazón se aprieta al recordar otro par de ojos tan hermosos como el firmamento.

-Disculpa Allan, estaba algo distraída. ¿Qué me decías? -Contesto y él niega divertido.

-Te estaba preguntando cómo van los preparativos de la fiesta. -Repite con voz calmada.

Es cierto, la fiesta. Mi fiesta de cumpleaños.

-Mi madre y las chicas se están encargando de todo y como es una sorpresa ni siquiera tengo permitido opinar. -Me encojo de hombros dándole una débil sonrisa.

Internamente pienso en lo mucho que me gustaría haber tenido a Dante a mi lado ese día.
Suspiro pesadamente.

-¿Estás bien, peque? -Pregunta y puedo escuchar la preocupación en su tono de voz así que me aseguro de plasmar en mi rostro una sonrisa convincente antes de contestar.

-Si Al, es solo que... -Dejo la frase en el aire y mi sonrisa flaquea.

Joder, soy una mierda en esto de fingir estar bien cuando no lo estoy.

-Estás así a causa de ese hombre, ¿verdad? -Inquiere y yo bufo.

Odio ser tan transparente a veces.

-No quiero hablar de eso Allan. -Contesto y le doy mi mirada de cachorro triste pero este hombre es como un perro detrás de un hueso.

-Escucha Ria, pienso que deberías hablar con él aunque sea una vez. Si quieres darle un cierre necesitas obtener algunas respuestas. -Declara con expresión seria.

Sé que tiene la razón, además me muero de ganas por verlo pero mi orgullo me lo impide.

-Al no creo que... -Mi pésima excusa es interrumpida por la camarera que trae nuestra orden.

Le doy las gracias mientras ella pasa completamente de mí y prácticamente babea sobre Allan.

Él le da un repaso a cuerpo completo y al parecer le resultan agradables las vistas porque le regala un guiño acompañado de una sonrisa coqueta.

Yo bufo molesta porque está ignorándome y se supone que estamos debatiendo qué hacer con mi problema.

¡Hombres!

Bufo para mis adentros rodando los ojos.

Cuando la chica se aleja finalmente él me devuelve su atención.
Le doy una mala mirada y él me da una sonrisa socarrona.

-Eres un caso perdido.
¿Lo sabes? -Le digo y él hace un gracioso puchero.

-Oh vamos, enana. Sabes que me amas. -Replica soplándome un beso.

Yo mascullo una maldición y me niego a caer en las provocaciones de este... putón narcisista.

-Nop, no lo hago. -Niego enérgicamente.

Amore Italiano © [Terminada/Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora